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La Fiscalía alemana estudia procesar a Kohl a causa de las cuentas clandestinas de su partido

Pilar Bonet

El ex canciller alemán Helmut Kohl, cuyo prestigio está sufriendo una erosión acelerada debido al escándalo de las cuentas clandestinas de su partido, la Unión Cristiana Democrática (CDU), podría ser procesado por "quiebra de lealtad", si así lo decide esta semana la Fiscalía del Estado en Bonn. Esta institución examina la denuncia presentada por un abogado de Hannover, Matthias Waldraff, que asegura no actuar por motivos políticos, sino por haber alcanzado el límite de lo que puede soportar como ciudadano y como letrado. Al parecer, son varias las denuncias que, en diferentes lugares de Alemania, se han presentado ya contra el partido que durante 16 años dirigió la política alemana.

Los órganos de dirección de la CDU se reunirán el miércoles en una sesión extraordinaria en Bonn para debatir el asunto que está sacudiendo los cimientos del partido. Con cada día que pasa el escándalo adquiere mayores dimensiones y las relaciones entre Kohl y sus colegas de partido y de coalición parecen cada día más tirantes.Ayer, el periódico popular Bild publicaba el protocolo del interrogatorio policial al que fue sometido el consejero fiscal de la CDU, Horst Weyrauch, el 23 de noviembre. Weyrauch, hombre de confianza de Kohl para la gestión de las cuentas clandestinas, confesó haber dividido en tres partes el donativo de un millón de marcos recibido en 1991 del comerciante de armas Karlheinz Schreiber para que las sumas de dinero no llamaran la atención en la caja del banco y admitió que las cuentas públicas del partido se han visto afectadas por la práctica ilegal. De acuerdo con la Constitución y la ley de partidos, éstos están obligados a informar públicamente de sus finanzas. El fiscal jefe Bernd König dijo a la agencia de prensa alemana DPA en Bonn que Kohl podría ser procesado por el artículo 266 del Código Penal (prevaricación) en base a su propio testimonio de haber mantenido cuentas clandestinas.

La decisión de Wolfgang Schäuble, el presidente de la CDU, de destituir al gerente del partido, Hans Terlinden, parece marcar el inicio de una caza de brujas interna para minimizar el desastre. Terlinder facilitó a Kohl el protocolo del interrogatorio de Weyrauch, en lugar de hacérselo llegar a Schäuble, en tanto que responsable actual del partido.

Kohl es presidente honorario de la CDU y diputado en el Parlamento federal. En algunos medios políticos han comenzado a sonar voces para que el ex canciller y artífice de la unidad alemana abandone su escaño parlamentario. El Partido Socialdemócrata (SPD), que vertebra hoy el Gobierno y que, como partido, se beneficia de la mala racha de su principal adversario, no está interesado de momento en que Kohl abandone su escaño, tal como indicó ayer el jefe del grupo parlamentario, Peter Struck.

La irritación contra Kohl por parte de sus colegas y compañeros de coalición es cada día más visible. El secretario general del FDP (el partido liberal), Guido Westerwelle, dijo ayer que el escándalo de los donativos sitúa los méritos históricos de Kohl en otra perspectiva y provoca en muchos la impresión de que la política se puede comprar. Kohl ha empañado la historia reciente de Alemania, dijo el político, que propuso constituir una comisión de ética formada por diferentes partidos bajo la presidencia del ex presidente federal Roman Herzog.

El escándalo está repercutiendo en las organizaciones regionales de la CDU. En la fiscalía de Kiel (en el Estado federado de Schleswig-Holstein) hay otra denuncia por prevaricación y evasión de impuestos dirigida contra la organización regional de la CDU. En enero se celebran en Schleswig-Holstein elecciones regionales, a las que concurre el ex ministro de Defensa de la CDU Volker Ruhe.

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Por su parte, la organización de la CDU en Baja Sajonia investiga la procedencia de un donativo de 500.000 marcos (cerca de 43 millones de pesetas) que podría proceder de una caja B. Según el semanario Der Spiegel, durante los años 1986 y 1987, las organizaciones de Baja Sajonia, Hamburgo y el Sarre recibieron medio millón de marcos cada una.

Red paralela de cuentas

El protocolo del interrogatorio de Weyrauch, que publicaba ayer el diario Bild, arroja cierta luz sobre el sistema de cuentas clandestinas de la CDU, que funcionaba como una red paralela a las cuentas abiertas de la organización.

Weyrauch explicó a la Fiscalía del Estado que la tesorería del partido recibía información documental regular de las cuentas abiertas. Las otras cuentas, sobre cuya existencia y movimientos no se informaba a la gerencia del partido, eran conocidas por un número muy limitado de personas, a saber, el tesorero, Walther Leisler Kiep; el apoderado del tesorero, Uwe Lüthje, y el mismo Weyrauch, en calidad de encargado de su gestión. Las transferencias a las cuentas abiertas del partido se efectuaba por orden del tesorero o su apoderado y bajo el epígrafe de "otros ingresos". Weyrauch dijo no haberse preocupado de saber de dónde venía el dinero y para qué se utilizaba.

Por otra parte, la organización de la CDU en Hamburgo confirmó ayer que en 1986 había recibido 633.000 marcos de la organización federal del partido para apoyar la campaña electoral. El gerente de la organización, Wulf Brocke, dijo que se trataba de dinero registrado regularmente y dijo suponer que procedía de cuentas legales.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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