Algete cambia el nombre de 18 calles que evocaban la dictadura franquista

El Ayuntamiento de Algete (13.500 habitantes) celebró ayer un acto oficial para sustituir los nombres de 18 calles del municipio que evocaban hechos y nombres del franquismo (entre ellas, Alcázar de Toledo, José Antonio, Calvo Sotelo, General Moscardó...) y reponer las placas con las denominaciones que tenían las calles en 1849, según el plano de la localidad que se guarda el archivo municipal. Durante la jornada, los responsables municipales, acompañados por el secretario general de la Federación Socialista Madrileña, Jaime Lissavetzky, inauguraron en el cementerio un conjunto monumental formado por la cruz a los caídos del bando franquista, que estaba situada hasta ahora en la plaza del Ayuntamiento, junto a la iglesia parroquial, y un monolito que representará a todos los que murieron en la Guerra Civil. Entre la cruz y el monolito figura el lema "Confrontaron sus ideas con dolor, compartamos el futuro sin rencor".El alcalde de Algete, el socialista Jesús Herrera, manifestó que había elegido "la víspera del día de la Constitución para realizar el cambio de nomenclatura por el simbolismo democrático de la fecha", ya que el Ayuntamiento pretende "acabar de una vez por todas con cualquier emblema que mantenga la división de las dos Españas en el pueblo".

Tras efectuar la ofrenda floral en memoria de todos los caídos en la Guerra Civil, Herrera hizo alusión a la banda terrorista ETA, indicando que en España tienen cabida todos, "incluso ellos, que han vuelto a poner a los ciudadanos en el punto de mira de sus pistolas y quieren construir un país, pero éste debe hacerse desde la tolerancia y no desde la exclusión".

Octavillas en las calles

La modificación del callejero no ha sido bien recibida por Falange Española de las JONS, que, cuando la corporación municipal acordó el cambio, cubrió de pintadas las principales fachadas del centro histórico y la semana pasada sembró de octavillas el municipio acusando de antidemocrático a Herrera por no permitir expresarse a los seguidores de su formación.

Durante dos meses, los dos nombres, el colocado hoy y el anterior, permanecerán en las fachadas para no causar molestias a los vecinos.