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Cuatro personas mueren en Kosovo en un sangriento fin de semana

Cuatro personas han resultado muertas en Kosovo desde el pasado sábado, según reconoció ayer el portavoz de la fuerza internacional para Kosovo (Kfor) en Pristina, Roland Lavoie.En la ciudad sureña de Urosevac, controlada por tropas estadounidenses, apareció el cadáver de una mujer de 56 años que presentaba cuatro heridas de bala. La víctima era serbia. En la misma zona, esta vez cerca de la localidad de Gnjilane, fue descubierto el cadáver de una persona cuya desaparición fue denunciada 24 horas antes.

El macabro recuento finaliza con la muerte de dos albanokosovares por arma de fuego en la capital, Pristina. Ambos cadáveres aparecieron en las ruinas de un antiguo cuartel de la policía serbia que fue bombardeado por la OTAN durante el pasado mes de mayo. En total, durante la pasada semana, 22 personas han sido asesinadas en Kosovo. Por etnias, siete de las víctimas eran serbias, otras siete albanokosovares y ocho permanecen sin identificar.

Un portavoz de Kfor reconoció que sólo se había practicado una detención por estos hechos, y que, en algunos casos, había un claro motivo étnico para los asesinatos. Funcionarios internacionales en Kosovo han denunciado que la ley del silencio instalada entre los albanokosovares hace muy difícil encontrar a los culpables.

Por su parte, la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) ha hecho público un informe sobre las atrocidades y violaciones de derechos humanos acaecidos durante la guerra en la antigua Yugoslavia. Una de las conclusiones más importantes del documento es que las torturas sistemáticas comenzaron tras el inicio de los bombardeos de la OTAN sobre territorio yugoslavo el 24 de marzo.

Jóvenes en edad de combatir, mujeres y niños han sido las principales víctimas de torturas. Entre los testimonios recogidos destaca el de una mujer que vio cómo un policía le arrancaba de los brazos a su hijo recién nacido y lo aplastaba contra el suelo; o el de otra que fue violada repetidamente por varios militares en el caserío donde la tenían secuestrada. Varios niños fueron decapitados en presencia de sus padres.

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