Salaburu renuncia a presentarse a la reelección y deja abierta su sucesión en el Rectorado de la UPV
La duda flotó en el aire hasta que lo dijo expresamente: "No voy a presentarme a la reelección". Un centenar corto de claustrales presenció ayer en Leioa el momento en que el rector de la Universidad del País Vasco, Pello Salaburu, anunciaba su retirada definitiva. Su anuncio, a escasas semanas de que comience el proceso electoral, deja totalmente abierta la sucesión al frente de la UPV. El Rectorado no tiene el estos momentos ningún candidato claro. Será a partir de mañana, con las elecciones para el nuevo claustro, cuando se empezará a gestar realmente la o las candidaturas para suceder a Salaburu.
Salaburu anunció su decisión en un claustro inusitadamente tranquilo -los dos celebrados el año pasado fueron reventados por pequeños grupos de alumnos-, en el que también repasó su gestión durante el último año y presentó el plan universitario que pretende dejar aprobado antes de abandonar el Rectorado. "La decisión [de permanecer un único mandato] la tenía tomada desde que asumí el cargo; nadie me ha podido oír nunca lo contrario", aseguró el rector. Era su último intento de convencer a la comunidad universitaria de que en estos cuatro años nunca ha aspirado a continuar en el cargo. Hasta ayer mismo eran muchos los que pensaban que optaría a un nuevo mandato. Y pocos dudaban de que, de haberse presentado, lo habría conseguido.Dos razones dio para explicar el momento elegido para dar a conocer su decisión: "Para que la gente lo sepa y se tome su tiempo" -en referencia a la preparación de las candidaturas- y porque "el rector saliente debe trabajar hasta el último día y el rector entrante, a partir del primero".
"El mayor favor que le podemos hacer al próximo rector sería dejarle resuelta esta papeleta. Y lo digo con la tranquilidad de saber que no voy a ser el próximo rector de la UPV", señaló a continuación. Esa papeleta es el plan universitario que, al mismo tiempo que contiene un diagnóstico de necesidades, señala unos objetivos y unas prioridades para los próximos cuatro años. El equipo de Salaburu quiere aprovechar el nuevo sistema de financiación incluido en la Ley de Ordenación Universitaria vasca, que condiciona buena parte de las aportaciones públicas al cumplimiento de unos objetivos, para abordar un cambio profundo en la Universidad que responda al descenso del alumnado y el aumento de la competitividad. Una comisión estudia desde hace semanas los centenares de sugerencias sobre el plan presentadas por la comunidad universitaria.
Concluido su discurso, y a preguntas de los informadores, aseguró que "en absoluto" considera que vaya a ser recordado antes por sus pronunciamientos políticos que por su gestión al frente de la UPV. "Creo que este equipo ha trabajado mucho. Estoy plenamente satisfecho de nuestra labor de gestión universitaria", dijo.
Fiel a su costumbre, también ayer se refirió sin tapujos a cuestiones no académicas. Salaburu criticó muy duramente la decisión de ETA de romper el alto el fuego. "La sociedad vasca no puede estar pendiente de la última ocurrencia de un grupo de fanáticos y tiene que mirar siempre hacia adelante". Reclamó también, una vez más, el acercamiento de los etarras encarcelados a prisiones de Euskadi, "aunque esta petición sea hoy [por la ruptura de la tregua] más impopular".
La aprobación sin ningún voto en contra el plan para extender el uso del euskera en la UPV es probablemente el logro que mejor sabor de boca ha dejado al actual rector. Sus críticos le acusan de haberse ocupado más de lo que ocurría fuera de la Universidad que dentro de ella. Él destacó ayer, con orgullo, el incremento de las inversiones para infraestructuras, fondos para investigació, relaciones con empresas y acuerdos con otras universidades.
