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Dos siglos de fascinación por el cosmos se revisan en una muestra

Comienza con un pequeño cuadro de Caspar David Friedrich (Alemania, 1774-1840), Paisaje vespertino con dos figuras, en el que dos diminutas figuras contemplan desde la cima de un monte un sobrecogedor cielo. Acaba con una pieza de Kiki Smith (Alemania, 1954), Estrellas y excrementos, en la que sobre una plataforma forrada de papel azul aparecen aleatoriamente estrellas de cristal y pequeñas boñigas de animal. Entre estas dos visiones de la inmensidad del mundo, de la pequeñez del hombre frente a la grandiosidad del cielo, se enmarca la exposición Cosmos. Del romanticismo a las vanguardias, 1801-2001, que ayer se inauguró en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona procedente del Museo de Bellas Artes de Montreal en lo que ha sido la primera colaboración entre las dos instituciones. Posteriormente, la muestra, abierta en Barcelona hasta el 20 de febrero, viajará al Palacio Grassi de Venecia.El comisario general de la exposición -integrada por unas 250 piezas entre fotografías, cuadros, esculturas, grabados y otros documentos- es Jean Clair, director del Museo Picasso de París. "Percibir el cosmos, estudiarlo, cuestionarse sus límites han sido aspectos fundamentales que las artes, la ciencia y la historia de los dos últimos siglos han abordado", afirma Clair. En este sentido, la exposición se centra en este intento de conocer los límites del mundo físico no sólo desde una perspectiva documental, sino, principalmente, a través de la influencia que estos avances o mitos han tenido en el arte. Es el imaginario lo que cuenta, la fantasía que los sucesivos descubrimientos han proyectado en la mente de los artistas.

Arte y ciencia

La primera parte, Naturaleza y cosmos, es el más claro en lo que respecta a la relación entre arte y ciencia. Se divide en cuatro apartados que analizan la sensibilidad romántica -con obras de Friedrich, Schinkel, Doré y Goya, entre otras-;el mito americano del far west como tierra prometida y virgen; la conquista de los polos, y, por último, la conquista del espacio. Aquí destacan especialmente los primeros daguerrotipos de la Luna en contraste con las fotos de la NASA.En El imaginario de las cosmologías, la exposición se centra en las proyecciones visionarias o utópicas que a principios de siglo intentaron replantear la situación del hombre en el universo. Aquí el protagonismo lo tiene el arte con piezas de Miró -con dos Constelaciones-, Calder, Rodchenko, Malevich, Lissitzky, Ernst, Mark Rothko, Barnett Newman o Yves Klein.

La última parte, Hacia el infinito, se centra en la visión menos esperanzada del cosmos de la ciencia actual, en la que las posibilidades de conocimiento del universo se han ampliado tanto que se descubren estrellas invisibles. Aquí el arte es más escéptico. La exposición incluye aquí obras de Ilya Kabakov, Vija Celmis, Thomas Ruff, Joan Fontcuberta y Kiefer.

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