Francia retrasa la apertura del sector eléctrico, en abierto desafío a las normativas europeas

La reforma legislativa francesa dirigida a poner fin al monopolio eléctrico en ese país no será aprobada en ningún caso antes de marzo, pese a que las directivas comunitarias sobre la apertura del mercado energético europeo entrarán en vigor el 18 de febrero próximo. A despecho de las posibles sanciones anunciadas ayer por la comisaria europea de Transporte y Energía, la española Loyola de Palacio, y de las posibles represalias del resto de los países europeos, los parlamentarios de la mayoría gubernamental optaron ayer por aplazar la aprobación definitiva de la ley.

El pasado miércoles, el Gobierno español amenazó a la empresa pública francesa Électricité de France (EDF) con retirarle su licencia provisional de venta en España, "si Francia no liberaliza su mercado en los próximos 30 días". El portavoz de Loyola de Palacio, Gilles Gantelet, anunció ayer en Bruselas que la comisaria definitivamente pedirá el próximo miércoles el inicio de un procedimiento de infracción contra Francia.Francia es el único país que todavía no ha abierto su mercado energético y se arriesga ahora a que la Comisión Europea bloquee la reciente entrada de EDF con un 25% en la eléctrica alemana EnBW, la cuarta del país, y que las autoridades de Holanda impidan a esa misma compañía cotizar en la Bolsa de Amsterdam. Por no hablar, claro está, del efecto negativo que el expediente comunitario sobre el monopolio eléctrico puede causar a la imagen "europea" del país.

Pese a los riesgos que su postura, el Gobierno de la izquierda plural prefiere atender al frente interno de una opinión pública recelosa con la liberalización de los sectores estratégicos y de un partido y sindicato comunistas que se oponen frontalmente al proyecto de ley retocado por el Senado.

Los socialistas optaron por el aplazamiento en aras de la "cohesión de la mayoría gubernamental". De ahí que la comisión paritaria de diputados y senadores encargada de la reforma legislativa decidiera ayer devolver el texto a ambas cámaras.

Consecuencias internas

En el terreno interno, las consecuencias inmediatas de esa decisión es que las 440 empresas y organismos que más electricidad consumen en Francia, el 26% del mercado del sector, continuarán estando obligados a tener a EDF como su suministrador exclusivo.Contra lo que pudiera pensarse, la dirección de esta empresa pública reaccionó mostrando su disgusto y preocupación por "los serios problemas" que se le avecinan. Tras lamentar la decisión parlamentaria, EDF indicó ayer que no puede ser indiferente al riesgo de que la Comisión Europea abra un expediente sancionador, ni a los perjuicios de imagen que puede acarrearle esta situación. "EDF corre también el riesgo de ver su actividad internacional obstaculizada", advirtió en un comunicado difundido al mediodía de ayer.

Los socialistas trataron de quitarle hierro al asunto indicando que la reforma legislativa podría ser aprobada unas semanas después de la entrada en vigor de las disposiciones comunitarias y antes, desde luego, de que las sanciones de la Comisión lleguen a materializarse.

No faltan quienes opinan que, en realidad, el fin del monopolio energético en Francia está sujeto a las deliberaciones del 30 Congreso del PCF (Partido Comunista Francés) que debe celebrarse entre el 23 y el 26 de marzo. "Hay que darles tiempo para que digieran las transformaciones que vienen, la pedagogía tiene un precio y no queda más remedio que pagarlo", apuntaron esas mismas fuentes socialistas.