Batalla para dejar fuera el "caso Pinochet"
La diplomacia española negoció ayer, hasta el último momento, la Declaración de La Habana para evitar que ésta incluyera una frase de respeto obligado a la legislación nacional de todos los Estados miembros de la comunidad iberoamericana. En el fondo subyacía la pretensión chilena y argentina de que la comunidad iberoamericana condene indirectamente la decisión del Gobierno español de tramitar la iniciativa judicial del juez Baltasar Garzón. España asumió la condena de la extraterritorialidad de las leyes, como la Helms-Burton contra Cuba, porque considera que el caso Pinochet no cabe dentro de ese supuesto.La pretensión de que se respetara cualquier legislación nacional de los países miembros era inasumible para España, que no comparte muchos de los criterios manejados por varios Gobiernos latinoamericanos en temas tan sensibles como la libertad de expresión o asociación. La batalla diplomática, de todas maneras, es más simbólica que sustantiva, dado que las declaraciones finales de estos foros no obligan a las partes. De hecho, todas las cumbres aprueban declaraciones a favor de la democracia o derechos humanos que son interpretadas de diferente manera por los países miembros.
La Declaración de la Habana, al igual que la suscrita en Viña del Mar (Chile), compromete a los firmantes a aplicar los valores de una democracia pluralista que Cuba, contra el criterio de la mayoría de las naciones asociadas, entiende a su manera. Los gobernantes que recibieron a la disidencia consideran que la revolución cubana no cumple.
Encuentros positivos
El primer ministro portugués, António Guterres, no dudó en reunirse con los pequeños grupos de opositores y calificó esos contactos de "muy positivos". "Los encuentros que tuve son muy, muy positivos", dijo tras entrevistarse ayer con tres disidentes en la Embajada de Portugal en La Habana. A la reunión asistieron representantes de Casa de Las Américas, la Unión de Escritores y Artistas y "miembros de la oposición", precisó Guterres."Nosotros queremos ser siempre parte de una solución, no parte del problema, en el sentido de la apertura de Cuba a los derechos humanos, a la participación democrática, a una apertura del mundo a Cuba, porque no es aislando a Cuba como la vamos a ayudar a resolver sus problemas", añadió. "No es con embargos [en referencia al que mantiene EEUU desde hace cuatro décadas], con el aislamiento, que el problema de Cuba se resuelve de una forma constructiva". El encuentro con los disidentes duró alrededor de una hora y 15 minutos y asistieron los opositores Oswaldo Payá, Raúl Rivero y Gustavo Arcos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Viajes oficiales
- Declaraciones prensa
- Augusto Pinochet
- Antonio Guterres
- Baltasar Garzón
- Caso Pinochet
- Cumbre Habana 1999
- Viajes
- Cumbre Iberoamericana
- Conflictos diplomáticos
- Contactos oficiales
- Extradiciones
- Cuba
- Personas desaparecidas
- Cooperación policial
- Portugal
- Caribe
- Chile
- Casos sin resolver
- Relaciones internacionales
- Sentencias
- Derechos humanos
- Casos judiciales
- Ofertas turísticas
- Sanciones