La dirección de Cajastur enfrenta al Gobierno asturiano con el PSOE

La regulación de Caja de Asturias (Cajastur), mediante una nueva ley que el Gobierno del Principado pretende pactar con todas las fuerzas políticas, ha hecho aflorar las primeras diferencias entre el ejecutivo socialista asturiano y la dirección regional del PSOE. El presidente asturiano, Vicente Álvarez Areces, y el secretario general de la Federación Socialista Asturiana (FSA), Luis Martínez Noval, mantienen posiciones distanciadas sobre la designación de presidente para la entidad.

Además, el PP y URAS -el partido presidido por Sergio Marqués- han optado por abandonar la comisión negociadora convocada por el Gobierno de Vicente Álvarez Areces. IU, que ha alcanzado un alto grado de coincidencia en esta materia con Álvarez Areces, ha emplazado a la Federación Socialista Asturiana (FSA) a que "confirme o se desvincule, solemnemente, de los compromisos firmados en los respectivos ámbitos de negociación y acuerdo". El PP pretende pactar directamente con la dirección de la FSA.El presidente socialista del Principado de Asturias, Vicente Álvarez Areces, mantiene posiciones sobre la regulación y gobierno de la Caja de Asturias diferentes a las del secretario general de la FSA, Luis Martínez Noval, ex-ministro de Trabajo y portavoz adjunto del grupo socialista en el Congreso. La principal discrepancia la suscita la presidencia de la entidad financiera. Martínez Noval defiende la continuidad del actual presidente de Cajastur, Manuel Menéndez, pese a que éste mantuvo en los últimos años un frontal enfrentamiento con Álvarez Areces cuando éste, entonces alcalde socialista de Gijón, desempeñaba, en condición de tal, la vicepresidencia de la Caja.

Sugerencia

Manuel Menéndez fue nombrado presidente de Cajastur en febrero de 1995 por el Gobierno socialista de Antonio Trevín, a sugerencia de Martínez Noval. Éste y Menéndez tienen un mismo origen académico en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Oviedo.El posterior Gobierno de Sergio Marqués -militante del PP hasta que en junio de 1998 fue expedientado a instancias de Francisco Álvarez-Cascos- ratificó a Menéndez como presidente y, para ello, aprobó un decreto que suprimió el histórico límite legal que impedía desempeñar cualquier cargo en los órganos de la entidad financiera asturiana por un periodo consecutivo superior a ocho años.

Sin embargo, no se suprimió en pie de igualdad la cláusula para que Álvarez Areces pudiese recobrar la vicepresidencia tras haber agotado el periodo máximo de dos mandatos. En la misma situación están desde entonces varios alcaldes socialistas, que aún no han podido recuperar su condición de vocales del consejo de administración. El Gobierno de Álvarez Areces pretende restablecer ahora por ley aquel límite temporal, lo que, de prosperar, supondría el relevo inmediato de Manuel Menéndez.

Las diferencias entre Menéndez y Álvarez Areces no son sólo personales sino también de criterio sobre el modelo de gestión de la institución.