Barcelona dedica a investigación la mitad que Madrid, lamenta el alcalde

"No estamos bien en investigación y desarrollo. Sobre el PIB, Barcelona invierte en este asunto la mitad que Madrid", lamentó ayer el alcalde de Barcelona, Joan Clos. El alcalde acudió al IESE a mantener una charla con un centenar de empresarios y defendió la necesidad de que Barcelona invierta en innovación. Innovación, dijo, no es sólo investigación y desarrollo, una materia en la que "Barcelona no va bien". Clos añadió: "A veces se dice que esto se debe a la presencia en Madrid de investigación oficial, pero cuando se resta ésta, también duplica a Barcelona".Clos defendió que Barcelona se muestra fuerte en sectores "maduros", como el automóvil, la industria química y la gráfica y la alimentación, pero que tiene que coger el tren de actividades como las telecomunicaciones, la informática, los servicios avanzados a las empresas, la biomedicina o la aeronáutica, donde se producen las nuevas posibilidades de negocio.

El Ayuntamiento, explicó el alcalde a los empresarios, impulsará la transformación del suelo industrial tradicional en suelo para estas nuevas industrias en tres grandes áreas de Barcelona: la Zona Franca, donde deben promocionarse actividades vinculadas al Delta del Llobregat; la zona de Sagrera, con el AVE como elemento impulsor y la promoción de actividades terciarias, de nueva industria y residenciales, y Poblenou, que tiene que superar su actividad de industria tradicional y transporte y centrarse en nuevas tecnologías.

Clos rechazó la conversión de este suelo en suelo urbanizable y también las críticas de la oposición por no poner en el mercado suelo residencial. "El suelo urbanizable lo crea el transporte público, el metro. El suelo urbanizable es la tierra más los servicios. Y éstos los tienen que poner algunas administraciones que en vez de invertir en transporte público se dedican a criticar a los ayuntamientos".

El alcalde aseguró que la ciudad necesita mantenerse diversificada y no puede entregarse a una sola actividad, la residencial, al tiempo que reclamaba la llegada del metro al aeropuerto.