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La desaparición del muro

Verlo hoy, diez años después de su demolición, es casi imposible. Pero se puede pasar sobre él en coche: la mayoría de los 162 kilómetros de muro que, desde 1961 hasta 1989, dividieron a Berlín Oeste del resto del mundo han sido reciclados para asfaltar las autopistas de Alemania Federal. "Hemos utilizado 632.000 toneladas", explica Wolfgang Dobrig, portavoz de la Bundeswehr, el Ejército alemán, "y el 3 de noviembre de 1991 hemos demolido el último tramo del muro". Al final, el único que ha obtenido una ganancia de la demolición (y de la venta) "del sistema de seguridad más fiable del mundo" ha sido el Ejército. (...)El escritor Peter Schneider cree que los berlineses "deberían haber tenido más valor y haber conservado el muro para mostrar así su propia historia". Su opinión la comparten muchas más personas. Incluso el nuevo presidente del Bundestag, el socialdemócrata Wolfgang Thierse, considera la total demolición del muro como "un error: dentro de una generación nadie podrá imaginar como era esa realidad". Tanto es así, que en las páginas de "Stadtplan Falk", el callejero de Berlín, ha desaparecido toda alusión a esa línea roja que marcaba la frontera.

Para colmo de males, el proyecto del Senado de indicar con una franja amarilla sobre el asfalto la línea por la que pasaba el muro ha fracasado "por falta de dinero", afirma Schneider, "o por tacañería". (...) Podría parecer nostalgia, pero no lo es, es más bien voluntad de no borrar completamente las huellas de la historia por respeto de las generaciones futuras. (...)

7 de noviembre

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