Aunque la mona se vista de seda...

Creo que los políticos se han dado cuenta tarde del problema con que se encuentran los alumnos del nuevo sistema educativo a la hora de enfrentarse con la prueba de la selectividad; no lo han planteado correctamente y, además, han tomado una decisión equivocada para resolverlo. El verdadero problema de los alumnos que pretenden cursar una carrera universitaria no es superar la prueba de la selectividad con una nota suficiente para conseguir plaza en la especialidad que desean, sino subsanar las deficiencias de formación intelectual que constatan al verse incapacitados para seguir los conocimientos que se imparten en el primer curso de universidad.Es muy significativo el tanto por ciento de alumnos que no aprueban ninguna asignatura en su debú universitario y que se ven obligados a cambiar de especialidad. ¿De qué les sirvió conseguir la plaza que deseaban si tienen que abandonarla? Conscientes de ello, muchos alumnos no vacilan en recurrir a las academias (que, por cierto, están proliferando como hongos) para subsanar dichas deficiencias, a pesar del esfuerzo suplementario que les supone y de la carga económica que representa para su familia. Más interesados en obtener resultados positivos que por la pedagogía de los métodos docentes, aceptan de buen grado horarios sobrecargados de clases que se prolongan en los días festivos.

Resulta difícil comprender que no planteen la situación de forma objetiva y le busquen una solución eficiente a un problema social que afecta gravemente al elevado número de alumnos que no han alcanzado un nivel de formación adecuado en el bachillerato, introduciendo las reformas oportunas en el nuevo sistema educativo (¿?). Tratar de disimularlo a base de disminuir las dificultades de las pruebas de selectividad y de rebajar el rigor en la corrección de las mismas es una simple argucia política. Pues, como dice el refrán, "aunque la mona se vista de seda, mona se queda".

Ahora bien, ¿les interesa a los políticos que el nivel medio de formación de los ciudadanos sea alto? Entonces, ¿qué porvenir les esperaría a los que están más preocupados por mantenerse en el puesto que por resolver los problemas de los ciudadanos? Quizás en estas preguntas está la clave de por qué no se reforma la LOGSE.-