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Zeffirelli reconstruye su infancia "profundamente dolorosa"

El cineasta italiano, de 76 años, estrena la película "Té con Mussolini"

Elsa Fernández-Santos

Su padre era "un hijo de puta simpatiquísimo", su madre murió cuando él cumplió seis años. Hijo bastardo de la dueña de un taller de moda casada y de un hombre de negocios también casado, Franco Zeffirelli (Florencia, 1923) ha llevado los recuerdos de su infancia a su película Té con Mussolini. En ella se narra la historia del grupo de mujeres (unas aristocráticas inglesas y una norteamericana millonaria interpretada por Cher) que le criaron y sacaron adelante en plena era de Mussolini. "Mi infancia fue profundamente dolorosa. Pero el dolor siempre fue por dentro, los florentinos somos así", afirma el director.

Se apellida Zeffirelli porque, como hijo bastardo, le tocó la letra Z en el Registro Civil. A su madre le gustaba el Aria degli Zeffiretti, de Così fan tutte, y le puso por ello Franco Zeffiretti a su cuarto hijo. El baile de la doble t por la doble l fue culpa del funcionario de turno. Cuando su madre murió, su padre decidió enviarle junto a unas viejas solteronas y viudas inglesas que vivían entonces ("bajo la aparente seguridad de los primeros años de Mussolini") en Florencia. Y así se crió el cineasta, que hoy, a sus 76 años, arrastra un problema en la cadera que le impide estar más de media hora sentado, que fuma constantemente unos cigarrillos muy largos y delgados y que, delicadamente, pellizca la mejilla de su traductora de italiano para agradecerle "¡tanta exactitud!".Té con Mussolini, que se estrena mañana en España, reconstruye la época y la vida de aquellas mujeres. "Yo soy todas ellas", afirma el director. "En mi infancia sólo hubo mujeres, los hombres me resultaban aburridos. Y aquellas mujeres, que no tenían hijos, se ocuparon de mí como nadie. No sustituyeron a mi madre, pero sí que me llenaron de afecto. Eran fascinantes".

Florencia etrusca

"Mi infancia", continúa el director, "no fue, sin embargo, feliz, fue profundamente dolorosa, pero sólo yo conocía ese dolor. Es algo muy florentino, somos lo contrario a los napolitanos. Florencia es de origen etrusco, diferente al resto de Italia; es una ciudad pesimista, que cree en la vida sólo como antesala de la muerte. El carácter reservado y severo de Florencia es lo que hizo que allí se instalaran tantos ingleses, que tampoco hablan jamás del dolor".Zeffirelli, conocido por su polémica cruzada contra las abortistas en Italia ("mi madre se negó a abortar y gracias a su empeño estoy aquí"), insiste en que su padre era "un inmoral". "Sí, muy simpático, un mastroianni, muy divertido..., un hijo de puta".

El cineasta añade que con esta película se ha reconciliado con él "la prensa izquierdista" de su país, que, afirma, "siempre ha sido muy crítica conmigo, pero esta vez, por primera vez, no ha sido así. Uno de los críticos más prestigiosos de Italia, izquierdista, ha escrito que un comunista jamás hubiera hecho una película tan antifascista como ésta". Un antifascismo que, según Zeffirelli, entronca con su "ética cristiana no explícita".

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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