Los Grammy latinos buscan en EE UU una sede que permita actuar a cubanos

Los recién creados premios Grammy latinos han nacido sin hogar y con la polémica debajo del brazo, ya que están a la búsqueda de una sede en la que se pueda honrar a la música hispana sin ofender a los exiliados cubanos. Los premios, que serán concedidos por primera vez en septiembre del 2000, nacieron de la necesidad de honrar la música latina como se merece, tras el auge demostrado en EE UU en el último año. Patrocinados por la Academia de las Artes y Ciencias Discográficas y su filial hispana, organizaciones con sede en Los Ángeles, los Grammy latinos repartirán sus honores en un total de 39 categorías. El sitio natural para la celebración de los Grammy latinos debería ser Miami, ciudad que acoge a todos los sellos discográficos hispanos en Estados Unidos menos uno, además de ser el lugar de residencia de sus principales estrellas. Pero Miami también cuenta con una ordenanza municipal por la cual queda prohibida la asistencia pública en aquellos actos de artistas que tengan relaciones con Cuba.

Esta posibilidad ha sido descartada por el presidente de la Academia, Michael Greene, quien ha asegurado que los Grammy estarán abiertos a todas las nacionalidades. Su afirmación es algo más que altruista, dada la importancia que los ritmos procedentes de Cuba tienen dentro de la música hispana.

Dadas las dificultades que presenta Miami, la opción parece apuntar hacia Los Ángeles. Sin que la decisión oficial sea un hecho, Greene ha anunciado que la respuesta final se dará a conocer en breve.