Festival con detalles

Detalles hubo a montones en el festival que a beneficio del Montepío de Toreros de la Comunidad Valenciana se celebró ayer en el centenario coso de la calle Xàtiva. Detalle el de todos los participantes por su colaboración desinteresada. El de los ganaderos que donaron los animales sin hacer excesiva limpieza de desehechos. Detalle el de un público animoso que, en tarde desapacible, se citó a ver qué veía. Y vio, eso; muchos detalles. Cierto es que no hubo una gran entrada pero el Montepío, sobre todo sus arcas, recibirán unos ingresos extra que nunca vienen mal. El festival contaba con un aliciente inicial. Se trataba de que un grupo de toreros de plata, fueran aquí los maestros y los espadas figuras cambiaran los papeles. Pero al final en el patio de cuadrillas se dieron cita en el paseíllo el rejoneador Martín González Porras y los toreros de a pie, El Mangui, de la cuadrilla de El Litri, Luciano Núñez, de la de Manzanares, José Antonio Carretero, de la de Manuel Caballero, Jesús Sánchez Hipólito, de la de Rivera Ordóñez, la novillera valenciana Mayte Alcalá y Mariano de la Viña de la cuadrilla de Enrique Ponce.Por unas razones u otras al final tan sólo Francisco Rivera Ordóñez se vistió de corto y bregó y ayudó solícito toda la tarde a sus compañeros. En el callejón, pero de paisano, estuvieron José María Manzanares y Miguel Báez Litri. Bueno también hicieron el paseíllo los humoristas Arévalo, muy ligado al mundo taurino valenciano, y Bigote Arrocet al que no se le conocen más motivos que los solidarios para estar allí.

Abrió el festejo el rejoneador jienense Martín González Porras a quien tocó el mejor novillo de los donados para la ocasión. González hizo una monta vibrante y destacó en un par de quiebros dejando llegar al novillo de Teófilo Segura. Mató de picotazo y rejón y consiguió el primer trofeo del festival. Detalles muy toreros tuvo El Mangui con un novillo tan justo de fuerzas como noble. Se estiró a la verónica y con la franela dio muletazos de temple. No faltó el guiño al maestro e hizo el litrazo aunque en general estuvo serio como si en ello le fuera la reaparición. Consiguió los apéndices de su enemigo y, aunque no había más que contar que los ingresos para el montepío, se convirtió en el triunfador de la tarde. No estuvo nada mal tampoco Luciano Núñez, fiel peón y amigo de Manzanares del que poco tiene que aprender con el capote en sus manos. Núñez dio algunas verónicas que, lo dicho, ya quisieran dar muchas figuras. Y no lo hizo peor con la muleta consiguiendo algún derechazo de marca y hondura.

José Antonio Carretero no tuvo suerte con su enemigo, fue un manso imposible al que al menos pudo banderillear con habilidad y eficacia. La que derrochó Jesús Sánchez Hipólito, hombre de la cuadrilla de Rivera Ordóñez, que tampoco tuvo enemigo. Aún así muleteó con empaque por el pitón derecho. Todavía quedaba cuerda para que el festejo de los detalles, se viniera de nuevo arriba. Y llegó la hora de la novillera valenciana Mayte Alcalá muy aplaudida en los lances de recibo. El noblón descastado que le tocó en suerte se lo banderillearon en las ancas, ese fue el detalle feo de la tarde. Pero animosa, Mayte, olvidó cruzarse en la faena de muleta y el novillote le dio tremenda voltereta, por suerte sin consecuencias. También recibió un duro castigo Mariano de la Viña que poco pudo hacer ante un mansote al que, a cambio, colocó el estoconazo de la tarde. Antes banderilleó al alimón con Rivera Ordóñez que puso un par al requiebro y recibió una ovación por algo más que ese detalle. Y es que otros maestros hicieron novillos.