La cultura gallega despide a Uxío Novoneyra, poeta del paisaje
Las campanas de todas las iglesias y ermitas de la sierra de O Courel, en el corazón de la montaña de Lugo, tañeron ayer al unísono para despedir a Uxío Novoneyra, el poeta que mejor cantó a esas tierras agrestes, inhóspitas y de misteriosa belleza. Novoneyra, de 69 años, uno de los más destacados representantes de la lírica gallega contemporánea, falleció el sábado en Santiago de Compostela, donde cientos de personas, gentes del mundo de la cultura y la política y también simples ciudadanos, desfilaron por su capilla ardiente, instalada en el convento de San Domingos de Bonaval, junto al Panteón de Gallegos Ilustres."La fuerza de nuestro amor no puede ser inútil", escribió Novoneyra en uno de sus más famosos poemas. Sus muchos amigos estaban empeñados desde hace tiempo, cuando se supo que la enfermedad que lo corroía era ya irreversible, en dar fe de la verdad de esa proclama. Las muestras de cariño a Novoneyra iban a culminar en un homenaje público que debía celebrarse el sábado en Santiago. Pero el acto fue suspendido ante la gravedad del estado del poeta, que expiró el mismo sábado al mediodía, justo a la hora en que sus amigos pretendían rendirle el último tributo.
Sin artificios
Definido por su viejo compañero Xosé Luis Méndez Ferrín como "el poeta nacional de Galicia", Novoneyra era muy respetado no sólo por su obra, sino por su carácter afable y su sencillez desprovista de artificios intelectuales. Próximo al nacionalismo de izquierdas, fue, sin embargo, un hombre independiente, poco preocupado por las glorias mundanas. Más que un poeta actual, Novoneyra recordaba a un viejo rapsoda, que siempre trató de mantener la costumbre de recitar en público.Hijo de labradores, Novoneyra nació en 1930 en Parada de Moreda, entre las gélidas, frondosas y enigmáticas montañas de la sierra de O Courel. Aunque en su juventud también escribió en castellano, la mayor parte de su no demasiado extensa obra está en idioma gallego. Estudió en Madrid, donde trabó contacto con el grupo Brais Pinto, un colectivo de jóvenes escritores y artistas gallegos que fue el germen no sólo de un movimiento cultural, sino de la reconstrucción del nacionalismo político bajo la dictadura. Novoneyra es otro ejemplo de esa curiosa relación entre las enfermedades pulmonares y la literatura - una pleuresía le confinó entre 1952 y 1962 en O Courel- . En esa época fue cuando publicó su obra decisiva, Os eidos, que se editó en 1955 y pronto se convirtió en una referencia casi mítica para los jóvenes.
En esa obra están contenidos los rasgos fundamentales de su lírica, que lograba tocar la fibra más sensible de los gallegos: la recreación del espacio legendario de la aldea, la identificación con el paisaje y la tierra, la búsqueda del vínculo primario entre el hombre y la naturaleza, con un lenguaje lacónico y sentencioso, muy propio de su paisanaje.
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