Los expertos critican la falta de planificación en la educación
Concluye la XIV Semana Monográfica de la Fundación Santillana
La educación es el arma clave contra la desigualdad. Está llamada a reducir la distancia entre países ricos y pobres, así como a eliminar la injusticia social en cada país. Esta ambiciosa apuesta la comparten los expertos reunidos hasta ayer en la XIV Semana Monográfica de la Fundación Santillana. También están de acuerdo en las carencias más graves: falta planificación de objetivos y recursos.
La responsabilidad que se delega en la educación no es cualquier cosa y exige, para ofrecer resultados, un gran esfuerzo financiero. Pero este impulso, al contrario de lo que suele demandarse, no debe limitarse a aumentar el gasto.En las conclusiones que se han aportado en el ciclo de conferencias se destaca como problema principal la falta de planificación, tanto de los objetivos de política educativa, como de los recursos financieros necesarios para alcanzar esos retos. Esta falta de planificación, según los expertos, es aún más grave en los países pobres, de escasos recursos y abundantes necesidades.
Una segunda conclusión es que las prioridades de gasto educativo han cambiado. En los países desarrollados, el nuevo objetivo es dotar a los centros del equipamiento necesario para afrontar la irrupción de las nuevas tecnologías. En los países pobres, sin prejuicio de equiparles tecnológicamente, la misión prioritaria sigue siendo dotarles de infraestructuras tradicionales, como edificios y material escolar.
También se ha advertido de que si no se garantiza el acceso a las nuevas tecnologías a los países pobres, el impacto será el contrario al deseado, y la tecnología sólo contribuirá a aumentar las desigualdades.
Román Mayorga, especialista en educación del Banco Interamericano de Desarrollo, expuso en su conferencia algunas aplicaciones educativas de la tecnología que han tenido éxito en América Latina. Mayorga citó experiencias como la Telesecundaria de México, que cuenta con casi un millón de estudiantes dispersos por todo el país; el programa brasileño Telecurso 2000, que proporciona educación básica y media a varios millones de estudiantes jóvenes y adultos, y el Canal Latinoamericano de Servicios Educativos, un consorcio de empresas que cuenta con su propio satélite y lo emplea, entre otras cosas, para entrenar maestros en la región.
Otra conclusión de las jornadas es que cada vez es más necesario replantear los criterios de financiación de la educación superior. La conclusión unánime es que, si se persigue alcanzar la equidad, se hace necesario revisar las actuales tasas académicas, de forma que cada estudiante pague según su situación socioecónomica y sus méritos académicos. También se pidió más gasto dedicado a la formación profesional.
En cuanto a la participación creciente de los fondos privados en la financiación de la educación, en general se considera una tendencia positiva, pero siempre que el Estado vele por el reparto equitativo de esos nuevos fondos y garantice que se prime el interés general.
"España no desentona"
El secretario de Estado de Presupuestos, José Folgado, aseguró ayer que el gasto español en educación -en torno al 6,1% del PIB, si se suma el gasto público y el privado- es muy similar al de otros países desarrollados.Folgado insistió en que el Gobierno apuesta claramente por la educación, y puso de ejemplo que de cada cien pesetas que gastan las administraciones públicas, 12,8 van a educación. "Comparándonos con otros países de la OCDE no desentonamos", dijo Folgado.
Su opinión tampoco desentona con lo que se ha venido diciendo a lo largo de las jornadas organizadas por la Fundación Santillana. La consigna general ha sido "menos pedir gasto y más exigir eficacia".
Ricardo Díez Hochleitner, director de las jornadas, considera un error quejarse por sistema de los políticos y de su incapacidad para afrontar los retos educativos.
En opinión de Díez Hochleitner, "el camino es informar a los ciudadanos de lo prioritaria que es la educación, para que sean ellos quienes presionen a los políticos".
Otro asunto muy debatido fue la necesidad de buscar fondos para la educación en la iniciativa privada. En este punto sí que hubo desacuerdo. De los peligros de esta tendencia alertó en su conferencia José Pérez Iruela, jefe del Gabinete de Estudios de FETE-UGT. Pérez Iruela dijo que garantizar el derecho a la educación es responsabilidad de los Gobiernos, ya que "la iniciativa privada en educación no invierte allí donde no puede obtener beneficios ideológicos o económicos".
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