Un respiro para patronal y sindicatos

Los sindicatos y los empresarios respiraron ayer tranquilos al ver que su opinión va a ser tenida en cuenta en la elaboración del Plan Interinstitucional para el Empleo y la Formación. Más allá de la satisafacción por este anuncio, su opinión sobre la política de empleo del Gobierno fue dispar, e incluso opuesta.Por un lado, las centrales nacionalistas ELA y LAB se alegraron de que el Ejecutivo reclamara las transferencias pendientes. Por otro, las centrales no nacionalistas criticaron al Gabinete por no impulsar la reducción de jornada a 35 horas. Por último, la patronal, Confebask, aseguró que defender la reducción de jornada es defender el pasado.

Germán Kortabarria, responsable de comunicación de ELA, lamentó en los pasillos del Parlamento que el plan de empleo expuesto en la Cámara sea "el de un Gobierno que no tiene competencias y, por lo tanto, tiene mucha guarnición y poca tajada". Kortabarria criticó también que en el proyecto de Presupuestos para el año 2000 "no aparezca una partida para el desarrollo de nuevos yacimientos de empleo", a su entender clave de un auténtica política social.

El responsable de empleo de LAB, José Luis Reizabal, que coincidió con Kortabarria, criticó que el consejero hable del número de ocupaciones y, sin embargo, no haga referencia a la ínfima calidad de los empleos. Sin embargo, valoró el compromiso de dar cobertura económica al acuerdo por el empleo firmado en el Consejo de Relaciones Laborales (CRL). La apreciación de LAB fue compartida por José Guillermo Zubía, secretario general de Confebask y rechazada por UGT. Javier Bermejo, de esta central, apuntó que la escasez de fondos para el CRL, condenaba "a morir" dicho acuerdo. Santiago Bengoa, secretario vasco de Comisiones, fue más lejos y pidió un "giro radical" a la política de empleo con un tratamiento fiscal que acabe con la precariedad.