Tusquets desvela la cara oculta del Palau de la Música en su proyecto de ampliación
El arquitecto construye un auditorio subterráneo en la histórica sala modernista de Barcelona
"La idea es hacer realidad el sueño de Lluís Domènech i Montaner". Así definió ayer el arquitecto Òscar Tusquets su proyecto de reforma y ampliación del Palau de la Música de Barcelona, que con un presupuesto de 1.800 millones de pesetas desvelará la cara oculta del histórico edificio modernista, patrimonio de la humanidad, y construirá un nuevo auditorio subterráneo de 600 localidades. La compra de la iglesia colindante, actualmente en proceso de derribo, permitirá mostrar en el 2003 la amplia fachada acristalada creada por el arquitecto modernista, tapada durante más de 90 años por el templo.
"La obsesión de Domènech i Montaner era la de llenar de luz natural la sala de conciertos. Por ello creó una fachada acristalada oculta en un patio interior entre el Palau de la Música y la iglesia, y a través de la que se filtraba una tenue luz. No se limitó a hacer lo que el solar que tenía le permitía, sino que proyectó el edificio pensando en lo que podría ser. Y ahora haremos realidad lo que él quería". Òscar Tusquets se erige así en el ejecutor del sueño del arquitecto modernista 91 años después de la inauguración de la sala de conciertos merced a la compra y derribo de la iglesia colindante, que permitirá ampliar el edificio modernista en 2.700 metros cuadrados, entre los que se incluye un nuevo auditorio subterráneo de carácter polivalente con 600 plazas y apto para conciertos, congresos y grabaciones televisivas, además de un restaurante y zonas de servicios.Tusquets tenía claro que, con el espacio que dejaba libre la iglesia, lo que debía hacer era mostrar la oculta fachada lateral, pero inicialmente previó un nuevo auditorio semisubterráneo que ocultaba la parte baja de la acristalada fachada. "Creímos que por motivos de seguridad no nos permitirían construir un auditorio completamente subterráneo, pero hemos obtenido los permisos de los bomberos y hemos modificado el proyecto para dejar completamente al descubierto esta fachada", explicó el arquitecto.
Plaza auditorio
El proyecto de ampliación prevé dejar una amplia plaza frente a esta fachada, separada de la calle únicamente por una valla acristalada, que será utilizada en verano como auditorio al aire libre para conciertos. "Domènech i Montaner no quería ningún espacio oscuro en el Palau, y el respeto de esa voluntad llega hasta el extremo de no ocultar la nueva plaza con ningún muro opaco", dijo Tusquets.
La obsesión de los responsables del Palau de la Música, situado entre estrechas calles del casco antiguo de Barcelona, ha sido desde hace años la de mostrar la fachada principal del edificio modernista desde la amplia avenida de la Via Laietana, a escasos metros, pero tapada por edificios. Con la ocupación del solar de la iglesia, la fachada principal del Palau duplicará su extensión hasta alcanzar dos esquinas y posibilitará la visión de parte de la esquina nueva, en forma de torre y con un bajorrelieve sobre ladrillo de un árbol, desde la avenida.
La nueva construcción se realizará en ladrillo, y aunque Tusquets asegura que no quiere imitar el edificio modernista, sí dijo que será respetuoso y armónico con éste. "En la prolongación de la fachada principal se seguirá una falsa simetría con una estructura semejante a la antigua fachada en la parte más próxima y levemente diferente en la más alejada".
Una carrera entre auditorios
La inauguración del Auditori de Barcelona -obra del arquitecto Rafael Moneo- el pasado 22 de marzo ha sido para los responsables del Palau de la Música un incentivo para adecuar el auditorio modernista para el siglo XXI y hacerlo competitivo. En 1986, la sombra del entonces proyecto de nuevo auditorio planeó en la primera reforma y ampliación del Palau, realizada también por Óscar Tusquets. Ahora, con el Auditori en funcionamiento, la histórica sala de conciertos barcelonesa no quiere permanecer relegada a un segundo plano. La baza de la historia y la singularidad del edificio juegan a su favor."El Palau es un edificio muy solicitado para realizar congresos, y con la apertura del Auditori debemos ampliar nuestra oferta para cubrir el hueco dejado por los ciclos de conciertos que han optado por trasladar su programación a la nueva sala", explicó ayer Fèlix Millet, responsable del Palau de la Música.
La baza de Millet con el proyecto de ampliación no es sólo la de dotar al Palau de una nueva sala de tamaño medio para conciertos y congresos, sino también jugar con la carta de la historia y la singularidad del edificio modernista para obtener financiación para las obras, que cuentan con un presupuesto de 1.800 millones de pesetas.
Una parte del presupuesto (400 millones), que será aportado por el Ministerio de Cultura a través de la Subdirección del Patrimonio Histórico, se destinará a reformas del edificio histórico, y los 1.400 millones restantes se destinarán a la obra nueva. La Generalitat de Cataluña aportará 200 millones, el Ayuntamiento de Barcelona 175, precio del solar para edificar una nueva iglesia en otra zona a cambio de la cedida por el obispado; la Diputación, 50 millones, y la Fundación del Palau de la Música, 500. Otros 100 millones han sido aportados por las administraciones y Millet espera obtener los 375 millones que faltan del Ministerio de Cultura y la Generalitat.
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