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Los planes de ventas de armas a Turquía dividen al Gobierno alemán

Pilar Bonet

Los dos socios de la coalición gubernamental alemana, el Partido Social Demócrata (SPD) y Los Verdes, se reunieron anoche para tratar de superar la crisis interna que ha provocado la aprobación del suministro de un modelo de carro de combate a Turquía, pese al trato dado a los derechos humanos en aquel país. El canciller federal, el socialdemócrata Gerhard Schröder, y su ministro de Exteriores, el verde Joschka Fischer, discrepan abiertamente en torno a este tema, y un sector de Los Verdes ha amenazado con convocar acciones callejeras de protesta en contra de un Gobierno en el que participan.Al término de más de dos horas de reunión, portavoces de ambos partidos confirmaron la pasada medianoche que las discrepancias seguían encima de la mesa. Los Verdes insistieron en que cualquier nueva entrega en carros de combate a Turquía tendría que estar supeditada a los progresos del Gobierno de Ankara en el respeto a los derechos humanos.

El planteamiento del problema refleja las tensiones a las que está sometida la coalición alemana un año después de su llegada al poder.

Los Verdes, que han sido castigados en mayor medida que el SPD en la reciente serie de elecciones regionales, temen seguir perdiendo a sus votantes pacifistas tradicionales, especialmente después de las tensiones que causó la participación alemana en la guerra de Kosovo.

A la amenaza de Rainhard Bütikofer, el secretario de organización de Los Verdes, de recurrir a métodos extraparlamentarios de protesta se sumó ayer el diputado Hans-Christian Ströbele, que se planteaba "acciones en la calle". Por su parte, la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Bundestag (Cámara baja del Parlamento federal), la verde Claudia Roth, exigió a los interlocutores de las conversaciones que se pronunciaran claramente en contra de la exportación de carros de combate alemanes a países que no respetan los derechos humanos.

La decisión en el origen de la crisis fue tomada la semana pasada por el Consejo de Seguridad Federal, un organismo que debate en secreto sobre la aprobación o prohibición las exportaciones de armamento alemán. La operación con Turquía, país miembro de la OTAN, se limita de momento a un solo tanque con carácter experimental, pero, de recibir aprobación definitiva, llevaría a la venta de mil carros de combate Leopard II. La empresa productora, el consorcio Krauss-Maffei Wegmann, ha hecho saber que el contrato aseguraría el mantenimiento de 6.000 puestos de trabajo.

Integración en la UE

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Schröder ha defendido el suministro con el argumento de que debe darse a Turquía una perspectiva de integración en la Unión Europea. Fischer, sin embargo, separa ambos temas y opina que Alemania no debe suministrar armamento que pudiera ser utilizado en los conflictos armados de Ankara contra los kurdos. Refiriéndose a los altos costes de la reconstrucción en Turquía después del terremoto, Fischer ha acusado a Ankara de no establecer correctamente sus prioridades.

Tras Estados Unidos, Francia y Rusia, Alemania es el cuarto proveedor mundial de armamento con un volumen de ventas que se calcula en 2.000 millones de marcos (170.000 millones de pesetas).

La directiva del SPD cerró filas ayer y apoyó la decisión del Consejo de Seguridad Federal. Tan sólo la titular del Ministerio de Desarrollo, Heidemarie Wieczorek-Zeul, expresó una posición crítica.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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