En defensa de Lafontaine

La forzada salida del Gobierno alemán del socialista Lafontaine se sirvió con una suerte de insultos, descalificaciones y ataques contra él y lo que representa: la justicia social, y los más duros fueron sus compañeros de Gobierno, empezando por el artífice de la dimisión, el canciller Schröder. Al coro se sumaron rápidamente los intelectuales de la tercera vía europea -la bien llamada "vía muerta"-, junto con la Bolsa alemana y el puñado de trepas que el SPD soporta desde que ganó las elecciones federales. Junto con la dimisión querían el silencio. Podrían haber utilizado como lema del atropello un "sufre, mamón" que hubiera venido que ni pintado. Hasta el recién Nobel de Literatura se ha permitido el insulto, propio de la cultura estalinista, de exigir a Lafontaine silencio.Lafontaine no ha hecho caso y ha publicado su versión del fracaso del SPD. Con el corazón a la izquierda, ha dejado a muchos dirigentes del SPD al descubierto, a la derecha de la derecha. ¡Y hay quien se queja de que Lafontaine se dedique a los ataques personales! Faltaría más. El ataque debe ser personal; a quienes han traicionado al electorado alemán; a quienes están desmantelando el SPD; a quienes, como Schröder o Thierse, se han quitado de en medio la conciencia social que representa Oscar Lafontaine.- . .