Los últimos sondeos dan una arrolladora victoria a la oposición en Argentina
La campaña electoral para la presidencia en Argentina terminó ayer tras largos meses de actividad, en los que los candidatos han gastado enormes sumas de dinero y han recorrido las distancias abismales de este país para convencer a un electorado escéptico. Las encuestas publicadas ayer vaticinan una cómoda victoria de Fernando de la Rúa, de la Alianza Opositora, con una ventaja de entre 14 y 17 puntos sobre Eduardo Duhalde, candidato del Partido Justicialista.
Una diferencia de estas dimensiones haría innecesaria una segunda vuelta. El resultado se prevé mucho más ajustado en las elecciones para gobernador de la provincia de Buenos Aires, donde la aliancista Graciela Fernández Meijide aventaja al peronista Carlos Ruckauf en menos de tres puntos. Entre los meses de enero y septiembre, las candidaturas del PJ y de la Alianza gastaron más de 28 millones de dólares cada una (4.500 millones de pesetas), según datos de la Fundación Poder Ciudadano.Domingo Cavallo, tercer candidato en discordia, ha invertido 1,7 millones de dólares. Estas cantidades no incluyen los gastos de octubre, el mes de mayor inversión. En un multitudinario acto de cierre de campaña en Rosario, Duhalde pedía "disculpas" a sus seguidores por los modestos recursos de su campaña y por la celebración final "poco lucida", en la que, por cierto, no faltó música, fuegos artificiales y una abundante parafernalia.
El candidato peronista y su compañero de fórmula, el ex cantante Ramón Palito Ortega, recuperaron una retórica añeja y enarbolaron la bandera de la justicia social, la del viejo peronismo como el movimiento de los desheredados. "Somos predicadores de la esperanza cristiana"; "no podemos permitir ninguna explotación"; "hay millones de argentinos desesperanzados", fueron algunos de los mensajes del discurso de Duhalde. Palito Ortega pronunció un mitin de barricada, gritando de principio a fin, tratando de enardecer a las masas con recuerdos a Evita y a Perón. "El peronismo no se rinde, está de pie. Volvamos a las grandes causas, a las utopías", reclamaban al unísono los candidatos del PJ.
Aquellas palabras sonaban a desesperación ante unos sondeos inexorables, que confirman que los argentinos, quizá sin grandes ilusiones, quieren un cambio de partido para llevar los destinos de la nación los próximos cuatro años. Lejos de Rosario, De la Rúa y sus aliados cerraban la campaña en un largo y festivo recorrido por las calles de Buenos Aires.
Casi a la misma hora, el presidente Carlos Menem era entrevistado en televisión y admitía que ya había empezado su campaña para recuperar la presidencia en las elecciones del 2003. Prefirió la intimidad de una entrevista de corte personal, en la que repasó su vida, a estar junto a sus compañeros de partido para despedir una campaña en la que nunca creyó.
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