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Moneo considera "muy positiva" la nueva propuesta para el Prado

El arquitecto admite que al aceptar las bases se ha movido "con poca libertad"

El arquitecto Rafael Moneo intervino ayer en un seminario sobre los museos y la conservación del patrimonio dirigido por el historiador Javier Tusell y organizado por la Fundación Argentaria. El arquitecto considera "muy positiva" la propuesta que salió del patronato, con una disminución del nuevo edificio entre 180 y 210 metros cuadrados.

Moneo anunció a los asistentes que se iba a referir a los programas y nuevas prestaciones de los museos, pero al final accedió a contestar sobre algunos aspectos formales de su proyecto en la espalda del edificio Villanueva. Aunque el pasado jueves, a la salida del pleno del patronato, dijo que la disminución del nuevo edificio afectará a unos 500 metros cuadrados -una cifra "para no quedarme corto"-, ayer señaló que la reducción será menor, entre 180 y 210 metros cuadrados.Ante el rechazo del volumen del nuevo edificio, que se ajustaba a las bases del concurso, Moneo está trabajando en una propuesta volumétrica que afecta a la esquina del nuevo edificio en contacto con la iglesia de los Jerónimos. En este espacio, desde el nivel de la iglesia realiza una hendidura en forma de ele para dejar una pequeña plaza y la visión de una arcada de los restos del claustro. Esta reducción va a afectar al espacio que tenía dedicado los conservadores y el almacén de libros.

"La propuesta de ahora es muy positiva porque plantea un problema de arquitectura en relación con los otros edificios". Moneo establece una secuencia de fachadas desde el elemento dórico de la Real Academia Española, los arcos de la iglesia y la aportación en clave moderna con una entrada de cristal situada al nivel inferior de la calle de Ruiz de Alarcón. "Entra en juego un cuarto elemento con la aparición de una arquería del claustro, que aporta un sentido luminoso y enlaza con el nuevo edificio de una manera más natural".

Aunque el arquitecto siempre ha defendido el "buen sentido" de su proyecto "discreto", ayer insistió en que se trata de un "volumen moderado". No quiso entrar en otros aspectos concretos del proyecto, como el uso de los materiales, pero señaló como una "solución canónica" la cuña acristalada que une el edificio Villanueva con el nuevo entorno de los Jerónimos, aunque es una solución técnica difícil en el uso y la ejecución.

Una de las cuestiones planteadas por los asistentes al seminario sobre los museos y el patrimonio se centra en cómo afectan las bases del concurso y los programas y, en el caso del Prado, el papel del "cliente", que está formado por 30 personas de distintas instituciones. Moneo reconoció que las bases eran "muy estrictas", y que en estos momentos los aspectos que se debaten fueron mejorados en la interpretación del arquitecto. "Nos hemos movido con poca libertad, pero al aceptar las bases también defendía una arquitectura realizada en esas condiciones tan estrictas. He pensado defender una arquitectura que pudiera asumir y entender como propia. No puedo quejarme de las bases y tengo que defenderlas porque creo que es razonable para una de las posibles ampliaciones del museo que se pueden hacer con buen sentido".

La intervención de Moneo se centró en los cambios de los museos en las últimas décadas, desde su concepción como templo de reposo de las obras de arte hasta las "nuevas termas" para el placer de la cultura, aspectos que también influyen en los edificios. Entre las nuevas prestaciones de los museos, comentó el confort público y los espacios de acogida, el fenómeno de las exposiciones temporales y el crecimiento de las actividades académicas.

Otros museos

Para situar la ampliación del Prado, el arquitecto explicó sobre diapositivas las realizadas en el Metropolitan de Nueva York, con sucesivos aumentos de superficies hasta los 62.000 metros cuadrados, con una inversión de 90.000 millones de pesetas. Otro ejemplo de "desenvoltura" de proyecto es el que afectó a la National Gallery de Londres, con 17.000 metros cuadrados y 30.000 millones de pesetas de presupuesto -la misma superficie de la ampliación del Prado-, así como "la libertad extrema" en la actuación de la National Gallery de Washington.

Como contraste, en el Prado prevalece el respeto y la integridad del edificio Villanueva, al que desde hace 25 años se le están buscando soluciones para más espacios de exposiciones y amplios servicios públicos. La historia del proyecto actual pasa por el concurso internacional, declarado desierto ante 700 propuestas y el programa "muy preciso" para actuar en el marco de los Jerónimos.

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