El partido de Suharto impide con sus votos la llegada al poder de la hija de Sukarno
La primera elección presidencial libre en los 54 años de independencia de Indonesia mantuvo a la población en vilo. A las seis de la mañana de ayer (la una de la madrugada, hora peninsular española), los ciudadanos se enteraron de la retirada de la candidatura del presidente saliente, Yusuf Habibie, abandonado a su suerte por los militares, que le retiraron su apoyo el lunes, y por un amplio sector del Golkar, el partido del régimen de Suharto, el mismo que impidió ayer con sus votos la llegada al poder de la líder de la oposición, Megawati Sukarnoputri, hija del primer presidente de Indonesia, Sukarno.
En un cambio de estrategia decisivo, el Golkar, que ya había descartado a Habibie, retiró a su candidato, el presidente del partido, Akbar Tanjung, y anunció que apoyaría a Wahid. Sólo quedaban ya dos contendientes para disputar la presidencia de Indonesia: Wahid, líder del islamista Partido del Despertar Nacional (tercera fuerza en la Asamblea), y Megawati, presidenta del Partido Democrático de Indonesia por la Lucha (el principal grupo parlamentario).Ambos aseguraban hasta hace pocas semanas que iban a presentarse como aliados en la votación. Pero Wahid prefirió encabezar una coalición de fuerzas musulmanas para impedir que una mujer llegara a la jefatura del Estado.
Cada uno de los diputados de la Asamblea Consultiva Popular fue llamado a depositar su voto secreto. A primera hora de la tarde comenzó el recuento de las papeletas, en voz alta y ante el pleno de la Cámara. Las diez primeras escrutadas fueron para Megawati. Sus partidarios daban gritos de júbilo, mientras milones de indonesios seguían en directo la votación a través de la radio y la televisión.
El recuento fue muy disputado, pero antes de que terminara los cánticos islámicos comenzaron a sonar en el hemiciclo, cuando la ventaja de Wahid era patente. Megawati se dirigió entonces hacia él y alzó su mano en señal de reconocimiento de su victoria.
"Celebro nuestra victoria y nuestra democracia con Megawati", dijo Wahid con grave semblante. "Le debemos un inmenso respeto por el papel que ha desempeñado [en la transición democrática]". Mientras los diputados entonaban el himno nacional, Megawati lloraba en silencio.
Tras la conmoción del resultado de la votación, el júbilo se tornó en consternación en las calles de Yakarta, donde los ciudadanos hacían oídos sordos a las propuestas de unidad y reconciliación nacional del nuevo presidente. Incluso la Bolsa de Yakarta, que experimentó un alza del 8% tras el anunció de la retirada de Habibie, perdió casi todas sus ganancias al conocerse la elección de Wahid, al tiempo que la rupia volvía a caer frente al dólar.
Pacto entre bastidores
Los diputados parecen no haber escuchado la voz de la calle -el 35% de los votos de Megawati frente al 12% de Wahid en las legislativas de junio- y han preferido pactar entre bastidores.
La incertidumbre reina en Indonesia tras la llegada al poder de un dirigente marginal y que no cuenta con un aparato político fuerte. Además, la frágil salud de Walid - casi ciego, ha sufrido ya dos embolias- hace dudar de su continuidad en la presidencia.
[A pesar de ello, la comunidad internacional recibió ayer con satisfacción la elección de Wahid, el primer presidente de Indonesia salido de un proceso democrático, según informaciones difundidas por las agencias internacionales de noticias.
Estados Unidos celebró el "triunfo de la democracia" y destacó "el enorme crédito que merece el pueblo indonesio por el cambio pacífico de Gobierno", en palabras del portavoz de la Casa Blanca, Joe Lockhart.
La Unión Europea, a través de su comisario de Relaciones Exteriores, Chris Patten, también saludó "el paso dado en el camino hacia una Indonesia democrátrica". Patten, sin embargo, advirtió de la necesidad de que el nuevo Gobierno "prosiga la reformas democráticas y económicas".
Holanda, que mantuvo su presencia colonial en Indonesia durante más de tres siglos, expresó su deseo de que las "tensiones internas se resuelvan". Wahid "se enfrenta a una tarea muy difícil", aseguró el primer ministro Wim Kok.
El presidente portugués, Jorge Sampaio, se felicitó también por la "página pasada" en la historia de Indonesia y anunció que Lisboa y Yakarta reanudarán las relaciones diplomáticas, suspendidas desde 1976 a raíz de la anexión de Timor Oriental, "en un plazo razonable".
Japón, el principal inversor en Indonesia, también dio un espaldarazo a Wahid, al anunciar que está dispuesto a seguir apoyando a Yakarta si la situación política es estable, según su ministro de finanzas, Kiichi Miyazawa].
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