El paje de San Nicolás recibe amenazas de muerte en Países Bajos por sugerir que los padres compran los regalos a los niños

El humorista neerlandés Niels van der Laan, que interpreta en televisión al jefe de los pajes de Sinterklaas (San Nicolás), un ayudante que responde al nombre genérico de Zwarte Piet (Pedro el Negro), ha anunciado este 6 de diciembre la interposición de una denuncia ante las amenazas de muerte recibidas en las redes sociales por haber sugerido que los padres podían comprar los regalos a sus hijos, en caso de que el santo y sus apoyos no llegaran a tiempo.

La festividad, equivalente a los Reyes Magos o a Papá Noel, se celebra el 5 de diciembre, aunque la noche anterior los paquetes se depositan en las casas. En realidad, Van der Laan había concluido en antena que lo mejor era confiar en los pajes, y ante la intimidación ha echado también mano del humor: ha dicho que si le buscan, tanto a San Nicolás como a él, “viven en Madrid”, porque es de España de donde el santo llega en barco, según la tradición.

El programa televisivo se llama El informativo de San Nicolás (Sinterklaasjournaal), y es una serie infantil que recoge, desde 2001, las aventuras y tribulaciones del santo y de sus ayudantes a partir de su llegada a Países Bajos, el 15 de noviembre. Emitida en la cadena pública NTR, en uno de los capítulos, Van der Laan, que organiza a los Pedros (Pieten), buscaba alternativas a la recuperación de los regalos, que habían desaparecido. En un momento dado, sugirió que los padres y los abuelos podían comprarlos y esconderlos por su cuenta. Podían hacer todo salvo anular la fiesta de San Nicolás. Ese fragmento era breve, y en seguida decía que lo mejor era dejarlo todo en manos de los pajes. A pesar de ello, las redes sociales se llenaron inmediatamente de críticas porque habría confundido con sus palabras a los más pequeños, que perderían así la ilusión de una celebración entrañable y especial.

El humorista neerlandés presenta a su vez un programa en televisión, y es en su espacio propio donde ha explicado este sábado que “se ha presentado una denuncia y la amenaza concreta parece haber pasado”. Luego bromeó con el hecho de que, para algunas personas, parece que “no es fácil separar al hombre del papel que interpreta”. También se entonó una canción dejando claro que el Sinterklaasjournaal “no está pensado para los adultos, sino para los niños que aún creen”. Gouke Moes, ministro en funciones de Educación, Ciencia y Cultura, habló el pasado viernes en privado con Van der Laan de la situación.

Zwarte Piet suele ser el personaje más popular de la festividad de San Nicolás, porque se acerca a los niños y juega con ellos. Contrasta con la solemnidad del legendario obispo de Mira (Anatolia, hoy Turquía), aunque este sea el responsable los regalos. Sin embargo, el paje, que es un criado tradicionalmente vestido de morisco, con el rostro pintado de negro, peluca rizada, labios rojos y un aro en la oreja, es también un estereotipo racista. Es un personaje presentado “como el negro feliz, que ofende a la comunidad de origen africano y ha llegado el momento de cambiar”, dijo, en 2014, la historiadora jamaicana Verene Shepherd, asesora entonces del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Un año después, ella misma aconsejó a Países Bajos que lo cambiara porque su arraigo en la cultura popular no justificaba estereotipos discriminatorios.

En 2014, se formó un grupo autodenominado Kick Out Zwarte Piet (Echa a Zwarte Piet), que hace campaña a favor de la desaparición del paje porque dicen que glorifica el colonialismo neerlandés y la esclavitud. Uno de sus fundadores, el artista Quinsy Gario, de Curazao, ya fue arrestado en 2011 por haber perturbado la llegada de San Nicolás. Desde entonces, ha habido manifestaciones, y contramanifestaciones anuales, las segundas por parte de ciudadanos partidarios de mantener intacta la tradición. Con todo, al negro se han ido añadiendo otros colores hasta llegar a la situación actual en la que van solo tiznados. Es en alusión al hollín de las chimeneas por las que se supone que bajan para depositar los regalos en las casas.

A pesar de que las concentraciones contrarias a Zwarte Piet se remontan a 2011, las primeras quejas reseñadas datan de 1927. Ese año, un hombre negro tuvo que comparecer ante el juez por haber golpeado a otro que le llamaba como al paje a todas horas por su color de piel, según el portal histórico divulgativo Historiek. Por otro lado, la primera crítica a la figura en los medios de comunicación apareció en 1930 en la revista de izquierda De Groene Amsterdammer, donde se lamentaba la presencia de personas negras en anuncios de productos de todo oscuro como el betún o el regaliz, y se proponía “un San Nicolás negro y un Zwarte Piet blanco”. Este año, los activistas en contra han asegurado que en una treintena de municipios neerlandeses —hay en total 342— ya solo les manchan la cara. Siguen manifestándose y remitiendo misivas al resto en busca de un cambio.