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Almunia propone que RTVE sea controlada por el Parlamento y deje de ser "títere" del Gobierno

Anabel Díez

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El presidente del Gobierno, José María Aznar, no cogió ayer el guante que le tendió el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, para que ambos se comprometan, gane quien gane las próximas elecciones generales, a que el Gobierno nunca más designe al director general de RTVE, sino que lo nombre el Parlamento, y a que por encima de los políticos exista un Consejo Audiovisual, formado por personalidades independientes. "El director general ni a su servicio ni al mío; ni títere suyo ni mío; manipulación ni a su favor ni al mío", dijo Almunia. El presidente no respondió a la propuesta, sino que descalificó a Almunia por ocuparse en su tiempo parlamentario de la televisión y no de asuntos de más interés para los ciudadanos.

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Aznar no entró a debatir las propuestas de Almunia y zanjó cualquier discusión de forma lapidaria: "Estas propuestas no va a tener posibilidad de llevarlas a efecto", dijo, dando por supuesto que el PSOE no ganará las elecciones.El presidente del Gobierno contaba con que Almunia iba a utilizar sus cinco minutos para acusarle de ordenar a los directivos de TVE que orienten las informaciones a favor del Ejecutivo. Eso hizo Almunia, pero sólo durante un minuto. El resto lo dedicó a hacer una propuesta, que incluirá en su programa electoral, por la que la televisión pública dejaría de ser un instrumento a favor del Gobierno que gana las elecciones. El PP se comprometió a que el director general del ente público fuera elegido por el Parlamento, pero, a pocos meses de terminar la legislatura, no existe propuesta alguna en este sentido.

"Su Gobierno ha llevado a televisión a cotas inauditas de manipulación; se ha convertido en un aparato de propaganda con desprecio a las reglas de la democracia; la exigencia constitucional y legal de una televisión objetiva no se cumple y cuando usted ordena manipular lo que hace es pervertir la democracia", espetó Almunia.

A continuación, vino la propuesta electoral del PSOE con tres puntos: "Renunciaré a nombrar al director general de RTVE, que debe ser elegido por el Parlamento; se creará un Consejo Audiovisual independiente del Gobierno con representantes sociales y profesionales, y dotaré a Televisión Española con los recursos necesarios para reducir drásticamente la publicidad". "¿Está usted de acuerdo? ¿Cuál es su modelo? ¿Se compromete a dejar de manipular? Esta propuesta va a quedar grabada porque nadie la va a borrar", continuó Almunia ironizando sobre la polémica de si de TVE han desaparecido imágenes del anterior ex presidente del Gobierno.

Aznar tomó luego la palabra sin cambiar el guión que tenía previsto. En su primera réplica se limitó a contestar estrictamente al texto de la pregunta escrita, respecto a cuál es la política del Gobierno en RTVE : "El Gobierno cumple lo que marca el Estatuto de RTVE, algo que ustedes [los socialistas] no hacían".

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Pero el líder del PSOE insistió en su réplica: "Ya sabía yo que iba a responder con el "y tu más", pues bien, ni tu ni yo, manipulación ni usted ni nosotros; un director general títere ni con usted ni conmigo; el envilecimiento de la información nunca más; yo renunciaré a nombrar al director". Almunia reiteró de nuevo los tres puntos esbozados anteriormente y requirió al presidente del Gobierno para que le diera una respuesta sobre esta oferta de consenso. Pero Aznar se limitó a lanzar una fuerte diatriba contra Almunia. "Me alegro que se dé a conocer en este trámite en un tema tan serio para la vida política como la televisión, y no las pensiones o el empleo o la política internacional", señaló el presidente, que hizo una pequeña incursión en el asunto del que se trataba pero sólo para alabar el actual estado de la televisión pública, "saneada financieramente y líder de audiencia", sin aclarar si está dispuesto a pactar con el primer partido de la oposición un nuevo modelo de televisión pública.

Sí aprovechó, en cambio, para hacer su balance de la labor de oposición del PSOE en el último trimestre. "Llevan ustedes tres meses haciendo propuestas contra los pensionistas; han abandonado el Consejo de Administración de RTVE, han amenazado con abandonar el Pacto de Toledo y hacen política de abandono de las instituciones", dijo. "En vez de hacer programas que normalmente no van a tener posibilidad de llevar a efecto, y que ni usted mismo avalaría, espero que tenga un rato para volver al sentido común que es lo que le hace falta". Los pateos del PSOE y los aplausos del PP siguieron a su intervención, hasta que el presidente del Congreso, Federico Trillo, mandó callar.

Al servicio del Ejecutivo

La oferta que ayer hizo el secretario general de los socialistas, Joaquín Almunia, al presidente del Gobierno es novedosa en sí misma y en su envoltorio, pero, quizá lo verdaderamente novedoso sea que, por primera vez, el PSOE reconoce implícitamente que los gobiernos utilizan en su beneficio la televisión pública.Las posibilidades, no obstante, de que las cosas cambien no están en absoluto claras. La Subcomisión para el estudio de un nuevo modelo de televisión de la que el PSOE se ha retirado no ofrece visos de que esté impulsando desde el Grupo Popular o sus socios un texto en el sentido de que el director general emane del Parlamento y sea independiente del Gobierno.

Entre tanto, las diatribas que ayer lanzó Joaquín Almunia contra el presidente del Gobierno al atribuirle la responsabilidad de la falta de objetividad, según el PSOE, de los informativos de TVE, no difieren mucho de lo que decía el PP de los Gobiernos socialistas. En el programa electoral del PP para las elecciones de 1996 en el apartado Opinión Pública y Democracia se lee lo siguiente: "La irresponsable y sectaria dirección ejercida por el PSOE ha conducido a RTVE a una situación de extrema gravedad, tanto por el exorbitante nivel de endeudamiento, como por una gestión caracterizada por el despilfarro y la beligerante orientación partidista".

Almunia ayer decía: "El Gobierno está llevando a la televisión pública a cotas inéditas de manipulación" e hizo hincapié en este apartado afirmando que al utilizar la televisión como "elemento de propaganda, el Gobierno está pervirtiendo la democracia".

Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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