El grupo Luna presenta en Madrid su rock melancólico
¿Un grupo de guitarras? Cualquiera pensaría cualquier otra cosa escuchando las plácidas, sugerentes y reconfortantes canciones de The days of our nights, el último trabajo de este cuarteto norteamericano que, junto a Scott 4, Stereolab y Gorky"s Zygotic Mincy, protagoniza, a partir de las ocho de la tarde, la noche musical de hoy en la madrileña sala La Riviera. "Bien", precisa Dean Wareham, voz, guitarra y cocompositor de Luna, "no somos de guitarras en el sentido tradicional del término, no llegamos al estudio, nos enchufamos al ampli y le damos volumen como se suele hacer en el rock. En Luna nos preocupan mucho las texturas y trabajamos las tonalidades como si manejásemos la paleta de un pintor. Aun con todo, nos consideramos un grupo de guitarras".Cinco elepés de espléndida música atestiguan los comentarios de Wareham, antiguo componente de Galaxie 500, banda de rock no menos impresionista que murió dejando una estela de respeto. "De este grupo queda en Luna mi forma de tocar la guitarra, pero ha cambiado mi voz, que es más grave, y que paso más tiempo en el estudio preparando las canciones. También elaboro más las letras, que espero resulten mejores", dice Dean, introduciendo de paso el significado de sus textos: "Lo cierto es que si leo una de mis letras al cabo de los años, éstas me revelan contenidos diferentes, así que la verdad es que no sé muy bien qué es lo que escribo. Quizás es que no me conozca demasiado a mí mismo, pese a que durante dos meses acudí a una terapia. Debe ser que necesitaba más tiempo".
El azar
Si sobre las letras Dean no tiene respuestas diáfanas, sus pensamientos sobre la melodía característica en Luna no son más aclaratorios. "El rock es un arte muy sencillo, y sólo te puedo decir que la música va fluyendo sin saber muy bien por qué ocurre, es algo azaroso", asegura. "Yo compongo para tocar, porque es algo que me gusta, es una forma de compartir algo con los demás, y si pienso sobre ello, no consigo conclusiones que ayuden a entender a Luna. Todo es muy intuitivo. Yo no soy Bowie, que siempre tiene alguna teoría ocurrente para explicar lo que hace", afirma, dibujando una sonrisa bajo unos ojos claros que ya tienen 36 años. "Quizás es que ya soy muy mayor para hacer rock", apostilla sin convicción.
Sin embargo, no han tenido reparos en hacer una versión de un tema de un grupo tan cafre como Guns N"Roses, algo que parece una ocurrencia. "No, realmente nos gusta Sweet child o"mine, una pieza a la que damos la vuelta en nuestra versión, lunizándola. Este tema es una prueba más de que cualquier idiota puede escribir una buena canción".
Wareham vuelve a reír; no en vano esta composición, que inicialmente era una cara B, fue incluida en su último disco por presiones de una compañía que en cuanto lo editó se deshizo de Luna, una banda demasiado incalificable para una multinacional. La vida, que es rara.
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