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Salamanca acoge una colección de aparatos de cine de Martín Patino

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El edificio de la Casa de las Viejas, de Salamanca, sede de la Filmoteca de Castilla y León, acoge desde ayer la colección Artilugios para fascinar, formada por la selección de fondos de aparatos precinematográficos depositados por el cineasta Basilio Martín Patino. La instalación, que se ha establecido en torno al patio de tono medieval del viejo asilo-convento, engloba 200 aparatos y más de un millar de imágenes en diferentes soportes.

La peculiaridad de la instalación reside en que se aparta del concepto museístico habitual, ya que las piezas que figuran en las vitrinas aparecen arropadas por reproducciones que permitan la manipulación por parte del visitante, así como otros aparatos -incluida una serie de teatrillos- y proyecciones que permitan la ambientación de las salas. El director del proyecto expositivo, Francisco Javier Frutos, ha señalado que "desde el primer momento en que depositó la colección, Basilio Martín Patino insistió en la idea de que hiciéramos algo muy lúdico, muy participativo, para que las piezas cobraran vida".Para Basilio Martín Patino, las piezas de la colección "al fin van a poder valer para algo" mediante la instalación, ya que "del espectador curioso depende ahora la posibilidad de reavivar imaginativamente su magia". El cineasta salmantino ha añadido que la contemplación dejará frío al visitante "si no se esfuerza en completarlo con el valor añadido de la seducción que generaban". Además de la reproducción de una barraca en la que se proyectan las imágenes iniciales de la linterna mágica, la instalación reúne piezas calificadas como singulares, incluso algunas de ellas son únicas, que Martín Patino comenzó a coleccionar hace 30 años. Las vitrinas acogen una amplia gama de modelos de linternas mágicas, y se cuenta con buena representación de praxinoscopios, zoótropos, lampadoscopios, aparte de un raro mutoscopio (máquina provista de visor por el que desfila una serie continua de fotografías que parecen animarse al girar la manivela).

Aparte de cámaras y tomavistas, también figura en la exposición la cámara Parvo con la que se asegura que Florián Rey rodó en 1929 La aldea maldita. Las secuencias de imágenes, en cristal y otros soportes, figuran expuestas o en proyección. Un libro, del que es autor F. Javier Frutos, analiza el valor y funciones de los artilugios de la instalación.

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