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La otra cámara del director de cine Stanley Kubrick

La Fnac de Montparnasse expone fotografías hechas por el cineasta como reportero gráfico

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Al consultar cualquier base de datos específica sobre fotógrafos de este siglo y buscar en ellas a Stanley Kubrick (Nueva York, 1928- Herfordsire, cerca de Londres, 1999), la indagación aportará pocos datos. Sin embargo, el director de cine, antes de dedicarse a esta actividad, fue un excelente fotógrafo, que con menos de veinte años ya podía codearse con los grandes de la cámara de su época: Robert Frank, Eugene Smith, Weege o Garry Winogrand.Ahora, gracias a las investigaciones llevadas a cabo por iniciativa de Rainer Crone, profesor de Historia del Arte (y del Cine del Siglo XX) en la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich, en colaboración con Petrus Graf Schaesberg y Alexandra Gräfin, se ha rescatado una serie de instantáneas con las que se ha montado una exposición, Stanley Kubrick, still moving pictures (Fnac Montparnasse, París; desde el 13 de septiembre hasta el 30 de octubre), y editado un excelente libro.

Todo empezó cuando a los 13 años su padre le regaló una cámara fotográfica, no había acabado aún el bachillerato y vendía sus primeros trabajos editoriales. Más tarde, a los 19, Kubrick era considerado como un reputado fotógrafo en la redacción de la legendaria revista Look, una publicación de referencia para el periodismo gráfico de la época junto a Life (esta última apareció en noviembre de 1936; aquélla, en febrero de 1937).

El 12 de abril de 1945, al morir Franklin D. Roosevelt, el futuro cineasta tomó la foto de un vendedor de periódicos en su quiosco, en la que aparecía reiteradamente la imagen del presidente de Estados Unidos en las primeras páginas de todas las ediciones, fotografía que vendió a Look por 25 dólares. Era su primer éxito comercial como fotógrafo. Este mismo año se integró con carácter estable en la redacción.

Kubrick fue un gran narrador de relatos fotográficos y lo supo hacer en pleno apogeo del periodismo gráfico. Construía magistralmente sus fotohistorias, que, en lo estático, fueron pioneras de un estilo de lo que años después se convirtió en todo un género: el de los largos reportajes de los magacines, el actual de los suplementos dominicales. Uno de sus trabajos de referencia fue el realizado sobre un día en la vida del boxeador Walter Cartier (diciembre de 1948), un mito de la categoría de los pesos medios.

Durante su vida profesional recurrió a toda suerte de temas, desde las secuencias en las que puso en evidencia los contrastes de una sociedad con grandes diferencias económicas, Chicago (1949), hasta el desarrollo de una peculiar visión de la trastienda del mundo del circo (1948) o la ternura, a la vez reivindicativa, de los registros de un colectivo de huérfanos (Moonseheart, Chicago, 1948). Un tema recurrente en su carrera como fotógrafo fue el mundo del jazz; hizo la mejor serie de retratos de Louis Armstrong (junto a Jack Teagarden, 1950), así como de la banda Dixieland Jazz. Iba de un argumento a otro, pero siempre construyendo su discurso -sus historias fotográficas- con absoluto rigor; contando con la cámara a tiempo lento, en instantáneas en blanco y negro, explicando cómo era la vida en el campus universitario de Michigan (1949), la de una estrella de la pantalla grande o de la televisión: Montgomery Clift (1949) y Faye Emerson (1950), cuando no las primeras vivencias de un niño ante un espejo (1947) o junto a un soldado recién llegado de la guerra.

"El Kubrick fotógrafo se anticipó al Kubrick realizador cinematográfico, pues en sus tomas aisladas -en sus instantáneas-, como en el retrato de George Grosz, supo condensar una historia, toda una narración", explica Crone. Para la realización de la exposición y el libro seleccionó, junto a sus colaboradores, más de 800 fotos de Look captadas hasta 1951, fecha en la que Kubrick dejó la publicación para la realización de su primer cortometraje, Day of the fight; hasta entonces, Kubrick realizó cientos de fotos que en los últimos años de su vida no controlaba. Según Crone, "desde que Look había dejado de aparecer, en 1971, y cuando la familia Cowles -editora de la publicación- la vendió a la Library of Congress, se encuentran en la misma más de cinco millones de objetos provenientes de los archivos de Look no catalogados, conservados en cámaras térmicas. El año pasado", añade Crone en su relato, "el mismo Kubrick nos alentó a probar suerte a fin de poder hacer una realidad la presente exposición, explicándonos el hecho de no poder ayudarnos personalmente: jamás había tenido copias ni negativos".

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