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España ha aportado sus primeros 100 millones de dólares a los países más endeudados

El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, declaró ayer que el Gobierno español ya ha aportado 100 millones de dólares (unos 16.000 millones de pesetas) a los nuevos programas de condonación de la deuda de los países más endeudados. La mayor parte de esa cifra, 55 millones, es deuda bilateral de diversos países con España. Rato, que acudió a la 54ª asamblea del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, alejó la posibilidad de que el Gobierno tome medidas adicionales para contener la subida de los precios.

El ministro de Economía no detalló a qué países afectaban las cancelaciones. Hasta ayer, la aportación española reconocida por las organizaciones internacionales era de 15 millones de dólares. Rato señaló, en cambio, que, además de los 100 millones de dólares ya aportados, España "añadirá a lo largo del tiempo otros 730 millones de dólares, 600 de los cuales corresponden a deudas bilaterales financiadas con los programas FAD de ayuda al desarrollo". En cualquier caso, el ministro incluyó en esa cifra los 70 millones de dólares que España debe aportar a una ampliación de capital del FMI y otros 60 millones, del Fondo Europeo de Ayuda al Desarrollo.Rato rechazó las críticas de algunas organizaciones no gubernamentales, como por ejemplo Oxfam, que acusan a los gobiernos de los países desarrollados de otorgar créditos a los países pobres en función de sus intereses comerciales. El ministro recordó que España mantiene a disposición del FMI 3.000 millones de dólares como parte de un fondo de contingencia destinado a evitar los efectos del contagio de la crisis financiera en Latinoamérica desde 1998.

Política presupuestaria

El ministro de Economía se refirió en rueda de prensa a la situación económica en España y, en particular, a la posibilidad de que el Gobierno tome medidas para contener la subida de los precios. "La inflación se combate con la política presupuestaria que estamos aplicando, una mayor liberalización de servicios y más competencia". dijo. Con sus apreciaciones, el ministro de Economía alejaba la posibilidad de que el Gobierno tome nuevas medidas para contener los precios, posibilidad que se ha disctuido en los dos últimos Consejos de Ministros. "Nuestro objetivo es no alejarnos más de un punto de la media europea", afirmó.

Los anuncios del ministro español forman parte de la iniciativa impulsada por el FMI y el BM para reducir la deuda de los países más endeudados en unos 27.000 millones de dólares. Este programa debe contar con aportaciones del BM, 5.100 millones de dólares; del FMI, 2.300 millones; diversos bancos multilaterales regionales, otros 6.000 millones, y los países más ricos a través de cancelaciones de deudas bilaterales por importe de 13.300 millones de dólares.

A pesar de que este programa, sobre cuyas cifras concretas y definitivas reina una absoluta confusión, es el eje político de la presente asamblea mundial de los 182 países miembros de las dos grandes instituciones financieras internacionales, que ayer comenzó en Washington, el director gerente del FMI, Michel Camdessus, no pudo presentar ayer al pleno un acuerdo definitivo. A estas alturas, aún son varios países los que se resisten a realizar aportaciones, especialmente en el aspecto de la deuda bilateral. Entre ellos, según representantes de varios países asistentes a las reuniones, Canadá, Francia, Japón, y el Reino Unido.

En la misma línea, James Wolfensohn, presidente del BM, que estos días ha sido confirmado para un nuevo mandato al frente de esa organización, señaló las malas prácticas de los gobiernos y la corrupción como las principales causas de la pobreza en el mundo.

Por su parte, las organizaciones no gubernamentales apuntan a que el alivio es menor del necesario, que no implica una verdadera ayuda al desarrollo y que en algunos casos los países pobres acabarán pagando más dinero. Asimismo, se critica que son las propias políticas dictadas por el FMI y el BM para esos países las que acaban generando más pobreza. La filosofía del plan que se discute estos días en Washington y que se espera poner en marcha a partir del 2001 es que los países que cumplan los requisitos para acogerse a él inviertan los recursos liberados por la condonación de las deudas en programas de desarrollo. Camdessus aprovechó su intervención ante la asamblea del FMI para defender su política de ayudas a Rusia, puesta en cuestión tras el descubrimiento de supuestos casos de corrupción al más alto nivel en Moscú.

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