Andalucía mitiga la escasa inversión privada en I+D con 5.500 millones de fondos Feder para la innovación
En el primer paquete de fondos europeos para el desarrollo regional (Feder) dedicado a la investigación, Andalucía ha recibido una subvención de 5.500 millones de pesetas para el período 1998-99. Esta partida va a mitigar la escasa inversión privada en innovación que arrastra la comunidad. En Andalucía se invertirá este año alrededor del 11% del gasto español en investigación y desarrollo (I+D). Un aumento notable respecto a los últimos años, pero España sigue siendo el país desarrollado que menos gasta en este capítulo, por debajo del 0,9% de su PIB, y Andalucía está por debajo de la media española.
La Comisión Europea había adjudicado a Andalucía para el período 1998-99, que acaba de cerrarse en agosto, subvenciones estimadas en 4.700 millones. Se trata del primer paquete de fondos para el desarrollo regional dedicado a innovación. Hasta ahora los Feder habían subvencionado sobre todo infraestructuras y, últimamente, inversiones productivas. Había un cierto escepticismo sobre la capacidad de las empresas andaluzas para cubrir esta cantidad. Pero se acaban de conocer los datos definitivos y Andalucía obtendrá 5.500 millones de pesetas al término de la primera fase. Se han presentado proyectos por casi cuatro veces el valor de los fondos conseguidos. La asignación está condicionada a la colaboración entre centros públicos y compañías privadas. Estas subvenciones europeas pueden pagar hasta el 75% de un proyecto. En personal contratado es subvencionable el 100%, pero en infraestructura y aparatos no se sube del 15%. Andalucía y Valencia han sido las regiones españolas objetivo 1 (menos del 75% de la media comunitaria de renta) mejor valoradas en número y categoría de los proyectos. La Unión Europea dedicó el año pasado a I+D el 1,8% de su producto interior bruto (PIB), mientras Estados Unidos llegó al 2,8% y Japón roza el 3%. Ante esas cifras, la española del 0,8% y la andaluza del 0,7% ponen de manifiesto el retraso de la investigación y el desarrollo en la región. El problema español es que algo más de la mitad de la inversión en I+D es pública, mientras en Andalucía el sector público sobrepasa el 70%. Andalucía ha mejorado mucho su posición relativa en España en los últimos años. En 1997, suponía el 9,8% del total de las inversiones en I+D en España. La previsión para este año es que se llegue al 11%. Pero hay una enorme descompensación de esfuerzos. En la actualidad el 51,6% de la investigación andaluza se hace en la universidad, el 21,4%, en las administraciones públicas y sólo el 27%, en las empresas privadas. No es que no haya compañías de prestigio que se dediquen a la innovación en Andalucía, pero son todavía muy pocas. Hay dos grandes empresas en Sevilla, Abengoa, en el área de ingeniería, y en energía, Sevillana, que ha tenido siempre un gran prestigio, pero ahora ha pasado al grupo Endesa y están reestructurando su departamento de investigación. En Granada hay varias: Universal Fragances (la fábrica García de la Fuente), que se dedica al perfume, destilación industrial, licores y vinos. Puleva se ha especializado en tecnología de alimentos, y Virmed, en biotecnología y análisis clínicos. En Algeciras, Acerinox ha patentado y comercializado aceros especiales. En Málaga, Isofotón ha desarrollado investigaciones sobre energía solar y acumulación de calor. Y, como último ejemplo, las cooperativas oleícolas de Córdoba tienen laboratorios en los que se ha perfeccionado la obtención de aceites de oliva virgen. "Se trata de buenas islas con un alto nivel científico, que están innovando en diversos campos, pero Andalucía necesitaría un esfuerzo mucho mayor de su sector privado", opina el director general de Universidades e Investigación de la Junta de Andalucía, José Luis Pino. Aunque el Estatuto de Autonomía andaluz concede la competencia de investigación a la Junta, hay un solo fondo español de I+D que se gasta según los criterios de un plan nacional. El borrador del plan para el período 2000-2003 tiene 600 páginas y se discute hoy en Madrid, en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, en el que están representadas las comunidades autónomas. La pretensión es que al final de este plan, en 2003, España gaste en I+D el 1,2% de su producto interior bruto. El Gobierno acaba de anunciar que va a triplicar el año que viene los incentivos fiscales para las empresas que inviertan en innovación. La Junta insistirá hoy en que no se impulsen las inversiones privadas en I+D a costa de lo público. "Los incentivos fiscales nos parecen bien. El problema es establecer qué autoridad determina lo que es inversión o lo que es innovación. La Junta no quiere que sea la agencia tributaria la que haga esta interpretación, como si se tratara de una deducción fiscal reglada", precisa José Luis Pino.
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