Tenemos lo que nos merecemos MANUEL CASTELLET

El V Programa Marco de la Unión Europea promueve la mejora de la calidad de la investigación en los países miembros y asociados mediante diversas acciones: creación de redes de investigación, becas posdoctorales de movilidad, utilización de grandes infraestructuras, organización de congresos, workshops y cursos avanzados, etcétera. La idea básica es favorecer la comunicación de personas, ideas y resultados entre las comunidades investigadoras de los diversos países, poniendo especial énfasis en la participación de jóvenes investigadores (definidos aquellos que tienen menos de 36 años). La aprobación del programa se retrasó más de lo previsto y no sé si entre las causas ocultas de este retraso estaba el ahorro de presupuesto, como pasa a menudo en las convocatorias en Cataluña y España. Sin embargo, lo cierto es que más o menos en Semana Santa nuestra comunidad investigadora sabía (o tenía la oportunidad de saber) que las diversas convocatorias estaban abiertas hasta mediados o finales de mayo, según los casos. Los informes sobre la investigación en Cataluña que elabora el Institut d"Estudis Catalans de acuerdo con la CIRIT muestran un dinamismo en nuestros grupos de investigación que en diversos sectores hace a ésta competitiva con la de países a los cuales tradicionalmente hemos tomado como ejemplo, aunque la aportación presupuestaria estatal y autonómica sea aún muy inferior a la media de los países de la Unión Europea. Sin duda, la falta de financiación y de infraestructuras se suple en Cataluña con un esfuerzo humano muy superior al que se exige a cualquier otro tipo de actividad (incluida la política), un esfuerzo del cual la sociedad no tiene una información adecuada. Un ejemplo: el Isaac Institute de Cambridge tiene un presupuesto cinco veces superior al de nuestro Centro de Investigación Matemática y el volumen de su actividad no pasa de ser el doble. No es de extrañar, pues, que la cantidad y la calidad de las propuestas presentadas por Cataluña a las diversas convocatorias y los buenos resultados conseguidos sean equiparables a los de países como Alemania, Francia o el Reino Unido, si queremos compararnos con los mejores. Sin embargo, es sorprendente y preocupante la actitud de las instituciones de investigación españolas, tanto por el bajo número de propuestas presentadas como por la calidad de los proyectos. Sacar conclusiones de un caso concreto es siempre peligro y a veces injusto, pero cuando los casos concretos son coincidentes, la extrapolación se hace inevitable e incluso está justificada. Recientemente se han evaluado en Bruselas las propuestas para la organización de congresos -temáticos y generales, pequeños y grandes, para investigadores consolidados y reservados a investigadores jóvenes, presenciales y virtuales- de cursos avanzados intensivos de workshops y de cursos con prácticas en laboratorio. De unas 220 solicitudes presentadas, había 24 de españoles; no es un porcentaje globalmente malo, pero si analizamos estas 24... Dos -muy buenas- del Instituto Astrofísico de Canarias-, dos -flojas- de Andalucía,