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Bruselas cree necesario el estudio de impacto para la ampliación de Sondika

La Dirección de Medio Ambiente de la Comisión Europea considera necesario la existencia de un estudio de impacto ambiental en las obras de ampliación del aeropuerto de Sondika y la celda de lindane ubicada en la zona aeropuertaria, requisito que no existe en ambas obras. Los técnicos de Bruselas comunicaron al Gobierno central, el pasado martes en Madrid, la preceptividad del estudio de impacto con el fin de no vulnerar las directivas comunitarias. Para noviembre se espera una resolución sobre la legalidad de ambas obras.

Una delegación de técnicos de la Dirección XI de la Comisión Europea (CE), la que se ocupa de los asuntos medioambientales, abordó en Madrid las dos quejas planteadas por vecinos del aeropuerto de Sondika contra las obras de ampliación y la construcción de un depósito de seguridad, ya concluido hace más de un año, que alberga 110.000 metros cúbicos de tierras contaminadas con residuos de lindane y otros desechos tóxicos. En la reunión, a la que asistieron representantes de AENA -el organismo estatal que gestiona los aeropuertos- y el Gobierno vasco, que se encargó de construir la celda de lindane, los técnicos comunitarios plantearon la necesidad del estudio de impacto en la celda al tratarse de residuos tóxicos, según comentaron fuentes conocedoras del encuentro. También abogaron por este estudio de impacto para la remodelación de Sondika, aunque mostraron dudas ante las argumentaciones de AENA de que que los trabajos no suponen ampliación de las pistas. La queja planteada el pasado año por la plataforma Lur Maitea se basaba en la directiva comunitaria 85/337, que detalla las infraestructuras para cuya construcción se requiere el estudio y la posterior evaluación de impacto ambiental. Entre ellas incluye la construcción de "aeropuertos cuya pista de despegue y aterrizaje tenga 2.100 metros de largo o más". La pista principal de Sondika tiene 2.700 metros. Polémica sobre las pistas Los representantes de AENA expusieron a los técnicos de la Comisión Europea que las obras no han afectado a las pistas y se comprometieron a enviar a Bruselas información que demuestre su aseveración. En cambio, los vecinos han reiterado a la dirección de la CE que la pista principal, de 2.700 metros, se ha aumentado ya en casi medio kilómetro y se ha construido otra de 3,5 kilómetros, que ahora se puede contemplar justo al lado de las obras de la nueva terminal. La Dirección XI espera adoptar para el próximo mes de noviembre una decisión sobre ambas queja , que en ningún caso es vinculante para las administraciones central y vasca. La CE puede archivar las reclamaciones o, en caso de aceptarlas, abrir un procedimiento de infracción que llevaría aparejadas la adopción de una serie de medidas. En el caso de que la autoridades españolas y vascas hicieran caso omiso, el ejecutivo europeo tiene la potestad de actuar de oficio y llevar estas cuestiones ante el Tribunal de Luxemburgo. Hace un año, al comenzar a estudiar estos casos, la Dirección XI consideró "preocupante" la falta del estudio de impacto en la celda de lindane.

Una inversión de 35.000 millones

Las dos quejas que está a punto de resolver la Comisión Europea se basan en el mismo hecho, la falta del estudio de impacto ambiental, pero la envergadura y el estado de cada proyecto es bien diferente. Mientras el depósito de lindane, situado al final de la pista principal de Sondika, está acabado desde hace más de un año con una inversión de 1.200 millones de pesetas, la ampliación del aeropuerto todavía se está ejecutando y costará 35.000 millones de pesetas (casi 211 millones de euros). La plataforma de vecinos que ha propiciado la investigación de la Unión Europea no se resigna a lograr la paralización de los trabajos en curso, aunque AENA ha fijado para marzo la conclusión de la terminal diseñada por el arquitecto Santiago Calatrava. El eje central del proyecto es este nuevo edificio, que cuesta por sí solo 12.500 millones de pesetas y se situará justo al otro lado de la actual terminal, en terrenos del municipio de Loiu. Según los datos de la dirección, los más de 22.000 millones de pesetas restantes de inversión se dedican a los equipamientos, la plataforma de aeronaves o el aparcamiento de 3.000 plazas, que tendrá una conexión subterránea con la terminal. Unas instalaciones con las que se pretende cubrir la demanda creciente de Sondika, que en una década ha pasado de un millón a dos millones de pasajeros anuales. Posteriormente se llevarán a cabo nuevas ampliaciones, que contemplan que la actual superficie de 234 hectáreas del aeropuerto llegue a cerca de 410 en el año 2010. Con este incremento, dispondrá de lo que carece actualmente: las denominadas actividades de segunda línea (terminales de transporte, hoteles, servicios comerciales); de tercera línea (oficinas, almacenes, servicios empresariales, actividades sociales, talleres); y un espacio de reserva interna para futuras instalaciones, además del terreno que ocuparán los accesos y espacios libres.

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