Pérez-Reverte define a Montero Glez como un hijo de la bohemia marginal

"¡Ojalá yo con mis cifras de ventas fuera capaz de escribir imágenes que he leído en este libro!", exclamó Arturo Pérez-Reverte al presentar la novela Sed de champán (Edhasa), de Montero Glez (Madrid, 1965). Narrada con una estructura compleja, cuenta varias historias paralelas de buscavidas y rompecorazones y una crónica dura de amor en el Madrid marginal. Para escribir este libro, el autor convivió varios días con yonquis.

"Es hijo de Valle-Inclán, Céline y Bukowski, y, sobre todo, de la bohemia marginal, cutre y magnífica que ha dado España. Y todo lo que cuenta lo ha vivido él", señaló ayer Pérez-Reverte al presentar en Madrid al autor de Sed de champán, Montero Glez. Y acerca de la novela añadió: "Es literatura de verdad, pura. Contiene párrafos que a mí me hubiera gustado escribir, y esto no lo digo muy a menudo. La historia que cuenta es dura y negra, nerviosa y bronca como él, con sexo, humor y ritmo de música en la estructura. Se ha metido en el infierno y lo cuenta muy bien".Montero Glez, que se declara fiel admirador de Benito Pérez Galdós, explicó cómo siguió el método de trabajo del autor canario de Misericordia para escribir Sed de champán. "Galdós se colocó durante unos días delante de una iglesia vestido de mendigo para oír y recoger todas esas voces. Y yo también me contamino de vida antes de escribir y me juego la vida escribiendo", aseguró Montero Glez.

Para inspirarse en las voces narrativas de los textos ("algo muy importante para mí") leyó tres novelas, "que lo expresan muy bien": El ruido y la furia, de Faulkner; El jinete polaco, de Muñoz Molina, y El club Dumas, de Pérez-Reverte.

Montero Glez, seudónimo de un nombre que no desveló ("como no me siento muy satisfecho conmigo mismo, busco otras identidades"), debe el título Sed de champán a un verso que Pedro Luis de Gálvez dedicó a una prostituta pintada por Zuloaga, que decía: "No tiene sed de agua, ni de pan, tiene sed de champán". "He querido expresar ese arribismo que se desprende del poema", declaró Glez.

Lenguaje de la calle

Sed de champán cuenta la vida de Charolito, un buscavidas delincuente de poca monta ("pero con clase") del barrio de La Rosilla, de Madrid. Paralelamente se desarrolla la historia entre el protagonista y la hija del patriarca de La Rosilla, la primera mujer de la que se enamora y la única por la que finalmente se arriesga, aunque casi le cuesta el pellejo. "Lo cuento con un lenguaje contaminado de la calle, huyo de lo políticamente correcto, hay que tomarse muy poco en serio a uno mismo", afirmó el escritor, para quien Sed de champán supone su primera novela publicada. La primera novela que escribió es El sur de tu cintura, "un best seller para minorías", definió su autor.

"¿Por qué en tus novelas el sexo es tan duro?", le preguntó Pérez-Reverte. "Porque es así y me sale así, el sexo en la vida es muy duro", opinó Montero Glez.

Para este escritor, a quien sus amigos regalaron un ordenador para que se sentara a escribir, existen dos maneras de crear: del libro a la vida y de la vida al libro, "y yo me sitúo en esta última, siempre me siento en el borde", afirmó.