Villa del Prado descubre su 'Capilla Sixtina'

VIENE DE LA PÁGINA 1 La historia del descubrimiento de las pinturas de la iglesia de Santiago comenzó en 1990, cuando la Comunidad de Madrid inició los trabajos de rehabilitación y consolidación de la iglesia parroquial de Villa del Prado. Las obras no podían atrasarse porque muros, torre y pilares amenazaban con el derrumbe. Tras ocho años y una inversión cercana a los 200 millones de pesetas, la Consejería de Educación dio por acabadas las principales obras del exterior a principios de 1999. Se iniciaron entonces las labores de rehabilitación del interior del templo, que también necesitaba una mejora.

Lo primero que los expertos de la Consejería de Educación decidieron fue mover el gran retablo del XVII que preside la nave central de la iglesia. Y ahí comenzaron las sorpresas. Tras el retablo del altar principal se escondía una yesería gótica de llamativos colores y recubierta de pan de oro. Rematada por dos grifos alados, la obra está rodeada por una inscripción de caracteres góticos. Los técnicos de la Dirección General de Patrimonio consideran que puede tratarse de la decoración del enterramiento de un notable, dado que la yesería termina en un escudo nobiliario. Se desconoce aún a quién corresponde este blasón.

Santiago Matamoros

Pero las sorpresas no habían hecho más que comenzar. Al raspar algunas partes del encalado sobre el altar se hizo más visible una pintura del siglo XVII que representa al Padre Eterno rodeado de ángeles. Un poco más allá apareció un Santiago Matamoros (siglo XV o XVI), con su capa blanca y roja. El apóstol luchaba contra los musulmanes y pisoteaba cabezas de enemigos. Adán y Eva, en otro de los muros del templo, aparecían cubiertos sólo por unas escasas hojas de parra. "Cada conjunto pictórico relata una historia. Todavía no hemos descubierto por completo la zona del sotocoro, pero ya se distinguen castillos, palacios y fortificaciones. Son unas curiosas muestras de pintura civil", dicen los técnicos de Patrimonio. Estos especialistas han descubierto igualmente que las bóvedas del templo están recubiertas por un cielo estrellado, presidido por la figura de Dios. "Parece la representación de la bóveda celeste, pero aún es pronto para determinarlo, ya que faltan todavía los estudios, y éstos pueden alargarse durante años por la magnitud de la obra", señalan.

"Pero una de las cosas más llamativas", destacan, "es que en las paredes se distinguen también unas curiosas cruces pintadas con cuadrados rojos y blancos de las que ignoramos su significado. Algunas están rematadas por pájaros y otras acaban en una base semicircular. Es algo bastante extraño que puede estar relacionado con alguna orden de caballería. De hecho, la iglesia está dedicada a Santiago, y las cruces de esta orden también son visibles en numerosos lugares del interior del templo".

Uno de los problemas con el que los expertos se enfrentarán en el futuro es el de la exposición pública de sus rehabilitaciones. La valiosa yesería gótica no puede ser trasladada a otro lugar porque está adherida a los muros del templo, ni tampoco se puede mover el retablo que la oculta. Por eso, Educación ha decidido realizar una copia exacta de la yesería y exponerla, junto con otros elementos encontrados, en un pequeño museo que se creará en la torre de la iglesia.

La parroquia de Santiago, según Educación, constituye uno de los mejores ejemplos de arquitectura gótica de la región. Fue declarada monumento histórico-artístico en 1980. Levantada en el siglo XV, es de planta rectangular con una sola nave cubierta por bóveda de crucería de cinco tramos. En su construcción intervinieron los grandes maestros de la época, como Hernán González de Lara, maestro mayor de la catedral de Toledo; Rodrigo Gil de Ontañón o Pedro de Tolosa, que intervino en el monasterio de El Escorial junto a Juan de Herrera. El resto de este pasado aún está repleto de incógnitas.