La memoria histórica
Acaba de celebrarse en la población francesa de Argeles una semana en memoria de los 500.000 republicanos españoles exiliados en febrero de 1939, a la que fui invitada. Estaba patrocinada por el Ayuntamiento de Argeles y organizada por diferentes asociaciones de exiliados republicanos españoles. Entre varios actos que se realizaron: se inauguró una impresionante exposición de la guerra de España, de la retirada, de los campos de concentración y de la ayuda de los republicanos españoles en la guerrilla francesa. En la playa de Argeles se inauguró un monolito con la placa del lugar en que se encontraba el campo de concentración. Se le dio el nombre de avenida de la Retirada 1939 a una calle de la población. Participaron dos ministros franceses en el homenaje a los 100.000 refugiados españoles sólo en Argeles, y sus intervenciones estuvieron llenas de emoción y de solidaridad. ¿Cuándo en la España democrática hemos visto algo parecido? Algún día, alguien o algunos -ya lo estamos haciendo- tendrán que hacer el duelo por esos muertos de España, no sé de qué manera, pero tendrán, tenemos que hacerlo. Pues con las armas del olvido, el desarriago y la creciente amnesia de la vida española, estamos prolongando un problema que afecta mucho más gravemente de lo que se cree en la vida profunda de la nación. Porque todo esto afecta a la reconciliación de los españoles, que de ninguna manera se podrá establecer de manera definitiva sobre la paz y sosiego de unos y la desmemoria de otros. Y porque aquellas víctimas lucharon por muy altos ideales de justicia y de solidaridad que distan todavía de haberse establecido.-
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