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De vinos con 'Pepe Rodríguez, el de la barba en flor'

Pablo Guerrero, 25 años después, recorre con el personaje de sus canciones los mesones de Madrid.

"Pablo Guerrero -que es un sentimental y se ha empeñado en que viniéramos en metro, como en la canción-, ya sabe ("Pepe Rodríguez, el de la barba en flor / cuando cae la tarde coge el metro hasta Sol"). Pero las cosas ya no son lo que eran. Vamos, como dice otro amigo: el futuro ya no es lo que era. Ni tampoco los mesones. ¿Te acuerdas, Pablo? En uno de ellos me hiciste la canción hace ya..., joder, macho, 25 años, que se dice pronto.Fue en el mesón del Segoviano, que ya no existe. En la Cava Baja. Alquilaban guitarras. Y allí hiciste la canción ("Sabe inglés que aprendió de noche en un mesón. / Llega, pues, y sonríe. Un vino y ya ligó"). Algunas cosas Pablo se las inventó, ¿sabe? O las exageró un poco. Pero, ¿qué historia hay en la que no se exagere un poco? Inglés, lo que se dice inglés, cuatro palabras. Aquello de foki-foki, my darling y lo de American Pie.

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A cántaros

Este mesón, por ejemplo. Aquí había un tío que tocaba el bandoneón como nadie. Algún tango nos hemos marcado aquí, ¿eh, Pablo? Y a las guiris les encantaba. Ahora, ya ve -pena da decirlo-, hay hasta un karaoke. A lo mejor es la evolución lógica de los mesones, no le digo que no. Coño, el vino, las cosas como son, sigue siendo tan peleón y tan duro como siempre.

¡Qué tiempos! Por entonces fue cuando a Franco le dio lo de la flebitis y cuando todos los españoles aprendimos que había heces en melena y equipos médicos habituales, tú. Hay que joderse. También fue un año triste, ¿te acuerdas, Pablo? Se cargaron en Barcelona a Salvador Puig Antich, un libertario al que le aplicaron el garrote vil. Y mira que hubo presiones, pero el viejo ni se inmutó. Y luego, lo de ETA y la calle del Correo... A veces, cuando la gente dice que hay que olvidar... Como si no se hubiera olvidado poco. Lo que tú decías, Pablo, "que tiene que llover a cántaros", ¿eh? Y mira si ha llovido.

Veinticinco años. ¿Tan viejos somos? Venga, vámonos a otro. Los mesones se recorrían así. Te tomabas un vino y a otro. A buscar mujerío. Mejor, extranjeras ("¡Oh mío Pepe, el de la barba en flor / tus amigos te envidian por tu liberación, / vives como en Europa y salvas la tradición"). Es que es verdad, se lo digo yo. Había profesionales del ligue. Pero era otra clase de ligue. Costaba mucho llevarse a alguien a la cama y sólo la batalla merecía la pena ("Lleva a sus guiris a un piso coquetón/ y, después de unas copas, lo que allí sucedió / ni lo cuentan las crónicas ni lo contaré yo"). ¿Entramos aquí? ¿Ves? Éste está casi igual.

Unos vinitos, jefe. Y una de champiñones. Para hacer barrillo. Mira qué prendas. Perdonad, que os voy a enseñar cómo se torea. ¿Conque de Jaén. Y ¿qué?, ¿separaditas?, ¿o con el marido ausente? Ya lo ves, Pablo: dicen que han venido a una cosa de Ifema. Cómo ha cambiado esto. Antes eran ellos los que venían a Madrid. Y, por la noche, se daban una vuelta por aquí a ver si caía algo. Tan contentas, ya lo ves.

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Aquí tocaba el señor Ramos. De toda la vida. Tocaba el armonio, que le decíamos antes. No me he cantado yo aquí boleros y aquello de "por la Puerta de Alcalá", que tenía mucho éxito, o La violetera. Ahora se sigue cantando casi lo mismo. En eso, Pablo, poco ha cambiado, ¿eh? La memoria colectiva sigue funcionando en estas cosas. Aunque ya nadie se acuerde de que hace 25 años, por ejemplo, de lo del espíritu del 12 de febrero de Carlos Arias. Joder, mucho espíritu, pero se arreaba estopa cosa mala y seguía casi todo prohibido. Éste lo decía en una canción: "Hoy, que te amo, / dejará de ser / la libertad una palabra escrita en la pared". ¡Qué tiempos, Pablo! Pero, en fin, si no había libertad para algunas cosas, la había para cantar a Manolo Escobar o a Valderrama. Había gente, ya ve usted, que era casi profesional. Venían y se ponían al lado de Ramos y cantaban con mucho sentimiento. Pero lo que de verdad gustaba era el canto coral. Todos a la vez.

Así que usted es el que ha sucedido a Ramos. Encantado, Miguel. ¿Le importaría tocar para la señorita, que es mexicana, Caballo blanco? No, no, Caballo viejo; no: Caballo blanco. Una pena que no la sepa. Pero, es igual. Poca gente hoy, ¿no? Claro, septiembre. Y que es jueves, aunque, antes, cualquier noche era buena.

Bueno, hasta otra, prendas. Que aprovechéis mucho lo de Ifema y recuerdos en Jaén. Tan peinaditas, como dices tú, Pablo. Oye, que esto está muerto. Mejor quedamos otro día y nos tomamos unos vinitos, ¿vale?".

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