El modelo catalán combina el control público con figuras semiprivadas
El Servicio Catalán de la Salud (SCS) capitanea todo el sistema
Cataluña tiene un sistema sanitario complejo y diversificado en el que la gestión se la reparten la Admnistración autonómica y municipal, consorcios, fundaciones, mutuas y sociedades. Dentro de esta amalgama, el Servicio Catalán de la Salud (SCS) capitanea la titularidad de la gestión, ya que de él dependen los grandes hospitales y las Áreas Básicas de Salud que trabajan en el ámbito de la asistencia primaria.
Cataluña tiene fama de ser pionera en la subcontratación o externalización de servicios sanitarios con el ámbito privado, cuando, según los responsables del SCS, no es cierto. "Es una cuestión de apreciación". Para Carles Constante, director del área sanitaria del SCS, "aquí lo tradicional ha sido la gran colaboración entre instituciones sanitarias públicas o de inspiración pública, como fundaciones o consorcios". En Cataluña no hay ningún hospital que haya privatizado la gestión de sus historias clínicas o algún servicio sanitario concreto. Sólo está prevista la subcontratación de camas de centros privados en casos de saturación y en unidades como las de cuidados intensivos o servicios coronarios, rodeadas de una alta tecnología. "Pero ésta es una situación muy excepcional", dice Constante.
Los grandes hospitales del Instituto Catalán de la Salud (ICS), que atienden al 90% de la población de la comunidad, acostumbran a ser autosuficientes. Sin embargo, en algunas circunstancias se externaliza el servicio, lo que los gerentes sanitarios denominan "productos intermedios". Es el caso de algunas analíticas, servicios de medicina nuclear, como una gammagrafía, o diagnósticos de imagen o radiología de alta tecnología, como las resonancias. Según explican en el SCS, las cifras que cuantifican el grado de subcontratación de estos servicios a empresas privadas no son fáciles de determinar. Con este argumento, el Departamento de Sanidad no ha facilitado el volumen de subcontratación de estas prestaciones.
La gestión privada ha penetrado más en la atención primaria. Así, exiten en estos momentos 31 áreas básicas de salud que están llevadas por entidades de titularidad privada. Pero tampoco aquí se puede hablar estrictamente de privatización de la gestión, sino de gestión diversificada, ya que ésta queda en manos muchas veces de fundaciones, consorcios, mutuas y entidades de partipación mayoritariamente pública. Sólo hay una media docena de sociedades estrictamente privadas que se encargan de la atención primaria en algunas zonas de Cataluña, como es el caso de las áreas básicas de salud de Vic y Badalona, ambas en la provincia de Barcelona.
Aparte de los grandes hospitales del ICS, en algunas poblaciones y comarcas la institución asistencial de referencia es la Red Hospitalaria de Utilización Pública, en la que hay participación de Ayuntamientos, diputaciones, consejos comarcales y del propio Departamento de Sanidad de la Generalitat. A través de esta red, los centros asistenciales se agrupan y recurren a veces a laboratorios o centros privados cuando su capacidad de servicio es insuficiente y tampoco puede quedar absorbida por el ICS. A juicio de Josep Prat, director general del Servicio Catalán de Salud, "este sistema público de diversificación nos permite dar un mejor servicio al ciudadano y ajustar el gasto sanitario".
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