La OTAN y la ONU aceptan que la guerrilla de Kosovo tenga un papel en la seguridad
Después de varias semanas de negociaciones, las Naciones Unidas y la Alianza Atlántica han mostrado su disposición a autorizar que una parte de los guerrilleros independentistas del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) formen parte de una fuerza civil ligeramente armada para responder a ciertas emergencias. La guerrilla se está desmantelando durante este mes bajo supervisión de la ONU y en cumplimiento de los acuerdos de paz. El nuevo cuerpo probablemente se llame Kosovo Corps y será una fuerza civil destinada a intervenir en incendios, terremotos, rescates o reconstrucciones.
La fuerza civil que planean los organismos internacionales tendría unos 3.000 soldados, organizados en una estructura militar similar a la del ELK. Tendrán uniformes y una limitada cantidad de armas ligeras para proteger un equipo militar que incluiría helicópteros. Los detalles del acuerdo se siguen discutiendo, aunque el punto más delicado es el de la definición de las funciones, ya que las aspiraciones de los independentistas kosovares siguen intactas, al igual que el interés de Yugoslavia por mantener la provincia en su territorio. Mientras la OTAN considera como un contingente civil el futuro Kosovo Corps, los mandos del ELK lo ven como el germen de un Ejército nacional de Kosovo. "Construiremos un nuevo Ejército, y el Kosovo Corps será parte de él", dijo el general independentista Agim Ceku -jefe del Estado Mayor del ELK y soldado profesional con 20 años de experiencia-, que negocia el plan con los organismos internacionales. El plazo para la completa desmilitarización de los 9.000 hombres del ELK, fijado para el 19 de septiembre, se prolonga otros 10 días, según el cuartel general del ELK. Pero los oficiales rebeldes y los responsables de la fuerza de pacificación de la OTAN han expresado su confianza en que el proceso de desarme se complete. Fuerza profesional Los jefes independentistas nunca han ocultado sus intenciones de transformar a su tropa irregular en un Ejército profesional. Pero tras semanas de conversaciones no han logrado convencer de ello a la comunidad internacional. "Éste no es el nacimiento de un Ejército", dijo Bernard Kouchner, el representante de Naciones Unidas encargado de la Administración provisional de Kosovo. "Este proyecto se enmarca dentro del proceso de desmilitarización. [La nueva fuerza] será un sistema de protección basado en el modelo de la Seguridad Civil Francesa". El contingente internacional de paz (Kfor), que supervisará la formación de este nuevo servicio, también incide en su carácter civil. "No puedes desmilitarizarte y al mismo tiempo transformarte en un ejército", dijo el teniente coronel Robin Clifford, portavoz del alto mando internacional. Ignorando los planteamientos de la OTAN y la ONU, los líderes políticos del ELK describen el Kosovo Corps como la futura fuerza defensiva que ellos consideran esencial para lograr el objetivo de un Kosovo independiente. "[Ahora] será una organización simbólica, porque la OTAN todavía está en Kosovo y se encarga de la seguridad", dijo Fatmir Lima, un ex comandante guerrillero y ahora viceministro de Defensa del Gobierno provisional autoproclamado por los independentistas. "Pero se convertirá en una organización estructurada que preparará a las generaciones jóvenes". "Kosovo tendrá su fuerza defensiva", apuntaló Hashim Thaci, primer ministro de ese Gobierno sin funciones, quien firmó el acuerdo original de desmilitarización. "No puedo imaginar a Kosovo sin defensa". Thaci, que abandonó Kosovo el pasado miércoles para iniciar una gira europea antes de llegar a Washington, ha dejado claro que la independencia es el objetivo final. "Nunca he renunciado a ello y no estoy aquí para nada que no sea eso [la independencia]". Occidente "está comprendiendo cada día mejor que le corresponde al pueblo de Kosovo decidir y a nosotros [el Gobierno provisional] organizar un referéndum". La comunidad internacional conoce la forma de pensar de Thaci y por ello está ofreciendo salidas al resto de guerrilleros para que se reinserten a la vida civil. Un buen número de ellos podrían entrar en la policía de Kosovo, que deberá estar formada por un total de 4.000 agentes. Otros podrían integrarse en la Administración civil de Kosovo, pero la mayoría ha vuelto a sus pueblos a reconstruir sus casas y levantar los negocios que abandonaron para coger las armas. La Organización Internacional para las Migraciones les está ayudando en ese proceso.
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