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El festival del "panino"

El director de la Mostra de Cine de Venecia, Alberto Barbera, se reconoce sólo satisfecho en el 50% con la organización del festival. Y es que el glamour que aporta la presencia en el Lido de algunas de las estrellas más cotizadas de Hollywood, se ve gravemente deslucido por la falta de elementales infraestructuras. Comer en el área donde está emplazada la Mostra se convierte diariamente en una proeza para cada uno de los 2.000 periodistas de todo el mundo acreditados para el festival. Faltan restaurantes, hasta el punto de que la mayoría se ve obligado a mantenerse a lo largo de los 11 días que dura el certamen a base de panini, una versión italiana del bocadillo. Esto por no hablar del transporte, obviamente un punto débil en Venecia, y la escasez en general de salas para exhibir el centenar largo de películas que en las diferentes secciones del festival se proyectan en estos días. Al menos en esta 56ª edición de la Mostra, los servicios de prensa están centralizados en un solo edificio, lo que simplifica considerablemente la tarea de los informadores.

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