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LA PLAYA

Punta Candor, en medio de un mar de dunas

Rodeada de dunas, con acceso a través de la carretera que une las localidades gaditanas de Rota y Chipiona, la playa de Punta Candor es aún hoy uno de los espacios de la provincia que mejor conserva sus rasgos naturales originales. Bañada por las ricas aguas del océano Atlántico, en sus inmediaciones se encuentra un cámping que facilita la estancia. Dispone de zona de aparcamiento en batería. Si bien la presencia de público es masiva durante los fines de semana, presenta un aspecto desahogado en días laborables. AGUA Bandera azul. Su temperatura es discretamente más baja que en el interior de la Bahía de Cádiz. El último informe del SAS la calificaba de "en muy buenas condiciones higiénico-sanitarias". ARENA Blanca. Nacida en la masa de dunas que rodea esta cala, la arena de la playa de Punta Candor es blanca a la vista y fina al tacto. Además, es tratada con procesos de oxigenación y limpieza periódicamente. INSTALACIONES Acceso para embarcaciones. Dispone de un acceso, delimitado por balizas, para permitir la entrada a primera línea de costa de embarcaciones de recreo. También hay duchas, guardarropa y una terraza de bar que oferta ejemplos de la cocina autóctona. SERVICIOS DE URGENCIA Suficientes. Desde una torreta de vigilancia en tierra y una embarcación zodiac, Protección Civil cuida de la seguridad en el mar. La playa cuenta con un punto de atención sanitaria en el que permanece de guardia un médico y un ATS.LA TAPA Makandé Si existe un bar de playa que llame la atención en la costa gaditana, posiblemente sea Makandé, en la playa de Punta Candor. La singularidad de este chiringuito le viene de los personajes que lo gestionan: los Morancos de Triana, que lo usan como válvula de escape entre actuación y actuación. Allí podremos encontrar a Jorge Cadaval haciendo de maestro de ceremonias entre cerveza y pescaíto.: ø Dirección: En la misma playa, cerca del Hotel Playa de la Luz. EL PLATO Compota de verano La compota es un postre que se relaciona más con el otoño y el invierno que con el verano. Originalmente se concibió como método para conservar la fruta. Las más conocidas son las de frutos secos, que se sirven en Navidad y llevan orejones de albaricoque, pasas, ciruelas secas y hasta piñones. En Andalucía son muy típicas las de membrillo, que, con sus aromas de canela y clavo, señalan el final del verano. Pero la compota, postre humilde por excelencia, es una buena fórmula para aprovechar la fruta que se va poniendo pocha. Y, como se toma fría, sirve para aliviar los calores en verano.: ø Ingredientes: Se necesita un kilo de manzanas, otro de melocotones, ¾ de kilo de ciruelas rojas, un vaso de azúcar, cinco de agua, una rama de canela y un clavo de especia. Se pelan las manzanas y los melocotones y se cortan en trozos medianos. Se enjuagan las ciruelas y se les quita hueso y rabillo. Se pasan a una olla y se ponen al fuego con el azúcar, el agua y las especias hasta que la fruta se pueda pinchar sin esfuerzo con un tenedor.

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