Payne destaca que la situación mundial marcó la guerra civil
Debate sobre el papel de las potencias
"El pacto de Múnich, con el que el Reino Unido y Francia intentaron aplacar a Hitler, fue más decisivo para el desenlace de la guerra civil que la batalla del Ebro, donde Franco consolidó su victoria y la República no pudo prolongar la lucha hasta que estallase una contienda europea", dijo ayer Stanley Payne, catedrático de la Universidad de Wisconsin-Madison (EEUU) y uno de los más prestigiosos historiadores sobre ese periodo español, en el curso El final de la guerra civil: 60 años después, organizado por la Universidad Complutense en El Escorial.
"A partir de 1938", dice Payne, "la guerra civil tiene mucha menos repercusión en el extranjero, porque los acontecimientos se aceleran en Europa. Hitler y Mussolini, que empezaron por separado su intervención en apoyo de Franco, ahora formaban una amenazadora alianza a escala internacional, y tanto la URSS como las democracias occidentales buscaban demorar el peligro". En la fase final de la guerra fue clave la figura del líder republicano Juan Negrín, que insistía en su lema: "Resistir es vencer". "Pero Negrín estaba dispuesto a considerar cualquier alternativa, porque la República ya estaba desesperada", asegura Payne. "Negrín habría sido un gran estadista, pero le tocó una situación límite, y luego fue demonizado por el franquismo vencedor, de tal modo que es un ilustre desconocido", afirman Ángel Bahamonde y Javier Cervera, cuyo libro Así terminó la guerra civil: 1938-1939 fue presentado ayer por Hugh Thomas y Stanley Payne. "Hemos estudiado el factor clave que era Madrid, a la vez retaguardia y frente y compuesta por tres ciudades: una republicana resistente, otra de la quinta columna y otra pasiva".Alejandro Pizarroso, catedrático de Historia de Comunicación Social de la Complutense, hizo un recuento de la propaganda exterior de ambos bandos. "La República no contó con ninguna radio exterior y Franco tuvo la propaganda de las ondas de Alemania, Italia y Radio Clube en Portugal". Por otra parte, Javier Tusell, catedrático de Historia Contemporánea de la UNED, afrontó el problema histórico de si los vencedores ganaron porque supieron estar unidos. "El bando vencedor supo concentrar el poder y ello contribuyó a la victoria, pero Franco se aprovechó en beneficio propio de esa concentración, tal como lo describe el conde de Rodezno, ministro de Justicia de Franco: "Esto parece que toma rumbos de poder personal indefinido".
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