LO QUE HAY QUE VER

Aunque su denominación oficial sea la de Archivo del Nacionalismo Vasco, bien podría denominarse Archivo del PNV -no en vano el palacio Meñaka está ubicado junto al lugar donde se reúnen habitualmente las asambleas nacional y vizcaína del partido-, ya que son escasas las referencias (en la exposición, por lo menos) a otras organizaciones que han surgido a la sombra del partido fundado por Arana. Por ejemplo, la documentación expuesta de Acción Nacionalista Vasca se limita a su carta fundacional; la de ETA, a dos números de su revista Zutik; y la de Herri Batasuna a una fotografía de su fundación en la que se ve a cuatro jugadores históricos del Athlétic de Bilbao (Aitor Aguirre, Piru Gainza, Artetxe e Iribar) en uno de los actos de apoyo a la coalición. De ahí que la visita tenga su punto más interesante en los acontecimientos de la guerra civil y la posguerra, de los que la exposición recoge aportaciones que bien podrían ser de cualquier otra formación política vasca perseguida durante el franquismo. Así, los pliegos de sellos propagandísticos realizados en este caso por Euzko Gastedi (las juventudes del PNV) en Venezuela y que se remitían al País Vasco dentro de la revista Estampas, a la que se le habían quitado previamente las páginas interiores; o los panfletos impresos con multicopista (la popular vietnamita): se exhibe un ejemplar de esta máquina junto a octavillas como la titulada "Franco en las últimas. La España crucificada reza por el fin del pequeño mundo de don Caudillo". Sin olvidar los documentos de los presos vascos realizados en la cárcel o ese descifrador de mensajes que se utilizó para enviar y recibir partes en la guerra civil. Y no se puede dejar de citar la reconstrucción del despacho que tuvo el lehendakari José Antonio Aguirre en la sede del Gobierno vasco en el exilio de la parisina Avenida Marceau: está tal y como lo utilizó Aguirre, con los folios con el mismo membrete que tenían en aquellos años de posguerra.