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Cinco mujeres maltratadas llevarán pulseras con transmisor para alertar a la policía

La experiencia se realizará dos meses en Girona y si funciona se extenderá a toda Cataluña

Cinco mujeres que son objeto de reiterados malos tratos por parte de sus ex maridos o ex compañeros llevarán a partir de esta semana una pulsera con un transmisor conectado a las comisarías de los Mossos d'Esquadra. Las cinco mujeres, todas de la provincia de Girona, donde el despliegue de la policía autonómica ya ha culminado, participan en un plan piloto, pionero en España, que ha impulsado el Instituto Catalán de la Mujer. Si funciona, el sistema permitirá sustituir la vigilancia policial permanente, de la que sólo en Girona gozan un total de 87 mujeres.

Cuando se encuentren en una situación de peligro en su domicilio, las usuarias de la pulsera deberán apretar un botón con el que se activará un pequeño transmisor que les abrirá una vía telefónica de habla-escucha con el operador de la comisaría. Éste, si lo considera necesario, enviará inmediatamente efectivos policiales al hogar donde se produce el conflicto.Las cinco participantes en la experiencia, con perfiles y situaciones personales y familiares muy distintos, tienen en común el hecho de que sufren el insistente acoso de sus ex maridos o compañeros, a pesar de que algunas de ellas han ganado juicios con sentencias que ordenan al agresor que se mantenga alejado de la víctima. Todas gozan desde hace tiempo de vigilancia policial noche y día; algunas de ellas, por orden judicial, y otras, por decisión de la policía autonómica. Durante dos meses, periodo de duración de la experiencia piloto, estas mujeres seguirán bajo vigilancia de los Mossos cuando se encuentren fuera de casa, ya que el sistema de teleasistencia, denominado Homelink, sólo podrán activarlo en el hogar.

Dentro de dos meses, el Instituto Catalán de la Mujer valorará los resultados de la experiencia y, si considera que ha funcionado, la hará extensiva a todas las mujeres maltratadas de Cataluña que viven en situación de peligro. Si se aplica, este sistema comportará un ahorro importante en recursos policiales destinados a casos de violencia doméstica, que no son pocos: sólo en la provincia de Girona, un total de 87 mujeres tienen escolta policial noche y día, no siempre decretada por el juez, ante el riesgo de que sean atacadas por sus ex maridos o ex compañeros. Y es que, según explica la presidenta del Instituto Catalán de la Mujer, Joaquima Alemany, los agresores, que suelen ser reincidentes, "se las ingenian como pueden para acercarse a sus ex mujeres con el objetivo de agredirlas, incluso invadiendo su domicilio".

Basta con recordar la maliciosa pericia de Jaume Puig Carbó, un gerundense que en junio de 1997 se disfrazó de mujer y concertó una cita con su ex esposa haciéndose pasar por una potencial compradora de productos de la firma que la víctima se dedicaba a vender a domicilio. Maria Àngels Boadas acudió inocentemente a la visita concertada y se encontró con su ex marido vestido de mujer, que, una vez en el interior de la casa, le asestó 17 puñaladas mortales. Boadas, que vivía bajo la amenaza de muerte de su ex marido, llevaba siempre un teléfono móvil, por indicación de la policía, e iba siempre acompañada de su madre, que en esta ocasión se quedó fuera esperando a que su hija finalizara el supuesto contacto comercial. Una pulsera como las que llevarán las cinco mujeres de Girona probablemente le hubiera salvado la vida.

Pese a considerar positiva la iniciativa, la asociación de mujeres Xarxa de Dones duda de que la policía llegue siempre a tiempo para evitar un desenlace fatal.

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