La investigación se realizó en seis días y en jornadas de 12 horas

La comisión que ha investigado las supuestas irregularidades en el cultivo del lino ha marcado un récord en el Congreso. En seis días -tres jornadas semanales durante dos semanas- comparecieron 35 personas relacionadas con el negocio del lino, incluidos los altos cargos implicados y la ex ministra Loyola de Palacio.La comisión ha trabajado de sol a sol -o de sol a luna- si se tiene en cuenta que la comparecencia de De Palacio, el 29 de julio, finalizó a las cuatro de la madrugada del día 30 y los comisionados han recibido dos metros cúbicos de documentos, algunos de ellos en sábado, cuando los servicios del Congreso no funcionan. PP, CiU y Coalición Canaria - su diputado y presidente de la comisión, Luis Mardones, votó cuando hizo falta a la mayoría pese a su compromiso inicial de mantenerse im-parcial- se negaron en redondo a prolongar los trabajos al mes de septiembre e impusieron, en una tormentosa votación de la que se ausentaron los portavoces de la oposición, el fin de los trabajos en el mes de agosto.

Para acabar el día previsto, el 17 de agosto, en un hecho poco usual, el Gobierno se ha visto obligado a solicitar y habilitar una sesión extraordinaria del Congreso para llevar a cabo la votación final.

Confusión

La premura de tiempo, la confusión -las sesiones de la comisión eran públicas, pero su presidente decidía lo contrario en el caso de las votaciones y deliberaciones- y las anomalías en el envío de documentación (se retiraron documentos anónimos y aparecieron otros no remitidos por el Gobierno) motivaron protestas casi diarias por parte de todos los grupos de oposición. Por su parte, el presidente del Congreso, Federico Trillo, a quien ayer IU acusaba de actuar como militante del PP y no como presidente de la Cámara, denegó la nulidad de algunas de las sesiones solicitada por la oposición.Por todo ello, el portavoz socialista, Luis Martínez Noval, califica todo lo sucedido de "tomadura de pelo" que cuenta "con la connivencia de Aznar". Para el PSOE, como para NI, IU y el PNV, la rapidez con que se ha llevado a cabo la investigación sólo tenía un propósito: procurar que la ex ministra de Agricultura y nueva comisaria europea, Loyola de Palacio, comparezca "limpia de polvo y lino" ante el Parlamento Europeo el próximo día 30.

Tras las más de 70 horas de comparecencias sólo hay un hecho que ha quedado claro para todos los grupos: el lino textil que se produce en España y cuya superficie ha aumentado espectacularmente en los últimos años no sirve para el sector textil y en un 90% no se comercializa. Hasta la ex ministra De Palacio tuvo que admitir que ignoraba el destino final del lino producido en España.

Queda también una frase. La del jefe de bomberos que con gran sentido común, y refiriéndose a los incendios sufridos por las transformadoras, aseguró que el lino "no arde sin un punto de calor" y menos "por un simple cigarrillo".