Oteiza se muestra "radiante" con las obras de su fundación museo en Alzuza
El escultor guipuzcoano Jorge Oteiza está absolutamente satisfecho con el desarrollo de las obras de la fundación museo que llevará su nombre en Alzuza, a cinco kilómetros de Pamplona. Las obras son promovidas por el Gobierno de Navarra y la fundación creada para gestionar el legado personal y artístico donado al pueblo navarro por Oteiza. El artista, natural de Orio, visitó los avanzados trabajos del museo el pasado 30 de julio, acompañado, entre otras personas, por la pintora baztanesa Ana Mari Marín; la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, y los ex alcaldes de Zumaia y Zarautz, Antón Arburu e Imanol Murua, respectivamente.
Oteiza, de 90 años, se mostró "radiante" y "entusiasmado" por lo que vio, según la fundación. El diseño arquitectónico, elaborado por su amigo personal el arquitecto navarro Francisco Javier Sáenz de Oiza, ha tomado ya cuerpo en pleno monte y al artista oriotarra le gustó especialmente el concepto global de los volúmenes de la edificación y las tonalidades rojizas de los muros, de color sanguina en las planchas de hormigón, que recuerdan el color de la tierra y de muchas de las propias piezas de Oteiza. Durante la visita, el escultor conversó con varios técnicos que dirigen la obra y visitó los espacios interiores que albergarán su legado personal y artístico, entre ellos el estudio-túnel de nueve metros de altura ubicado en el edificio central y que pretende reproducir el espacio en el que Sáenz de Oiza conoció a Oteiza, cuando éste creaba las estatuas del conjunto de la basílica guipuzcoana de Nuestra Señora de Aránzazu. "En un túnel", en palabras del artista. Ese espacio recibirá luz únicamente de las salas menores que lo rodearán y de un espacio cenital a través de las aberturas de los forjados. Mil millones de presupuesto La visita fue plenamente satisfactoria para los promotores de la obra y los miembros de la fundación museo privada, presidida por Juan Huarte, que gestionan los fondos artísticos y personales de la misma a través de un patronato creado al efecto. Las obras comenzaron en julio de 1998 a cargo de la empresa adjudicataria, Agromán, según el convenio suscrito entre el patronato de la fundación y el Gobierno navarro el 20 de agosto del pasado año. Con catorce meses de plazo para su ejecución, fueron adjudicadas en 576 millones, aunque el presupuesto definitivo de todo el proyecto superará los mil millones, según los cálculos de la institución cultural Príncipe de Viana, dependiente del Ejecutivo navarro. La estructura exterior del complejo podría estar finalizada para diciembre. Después se prevé un periodo de varios meses para desarrollar la ordenación interior de todos los materiales y áreas, un trabajo en el que, según fuentes de la fundación, Sáenz de Oiza y Oteiza trabajarán conjuntamente. Al final del proceso, la casa en la que el artista oriotarra residió desde 1975 junto a su esposa Itziar, enterrada en el lugar, se convertirá en un espacio de 36.620 metros cuadrados urbanizados (3.000 de ellos construidos) en el que los visitantes podrán conocer múltiples detalles de la vida y obra del escultor, ésta última legada al pueblo navarro en 1992 al igual que los inmuebles de su propiedad. El proyecto arquitectónico se desarrolla en las laderas de Alzuza, mirando de frente la silueta de Pamplona. Las nuevas dependencias del museo fundación se extienden alrededor del caserío de Oteiza, donde se conserva su taller. Además abarca un nuevo edificio coronado por varios lucernarios construidos en acero corten y que presentará un barniz marino con efectos de oxidación, así como una casa próxima y varios espacios circundantes. La empresa de ingeniería Idom Internacional controla el desarrollo de los trabajos en calidad de consultora y directora de las obras. Respetando los criterios del propio Oteiza, el acceso principal al recinto se realizará a través de una de las puertas de su antigua vivienda. Además de las dependencias de su casa y del primitivo taller de vaciados en que trabajó, el complejo integrará las salas de exposición (plantas baja y primera), un salón de actos (semisótano), zona de almacén, talleres, espacio para actividades audiovisuales (también en el semisótano) y una gran terraza que comunicará el recinto expositivo con el exterior, al aire libre, donde se expondrán parte de las más de 1.500 piezas de su etapa de laboratorio de tizas, que, con tamaños medios comprendidos entre los 15 y los 60 centímetros, contendrá el museo. En el mismo se albergará su extensa biblioteca, con más de 3.500 volúmenes, muchos de ellos escritos, trabajos de investigación y materiales inéditos del propio artista, además de obras confeccionadas por Oteiza en escayola, relieves, maquetas y esculturas diversas que forman parte del legado al pueblo navarro.
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