La policía vendió una de las pistolas de Furrow
Los reverendos del integrismo anglosajón predican que a los hijos se les regalen rifles
"El acto de amor más grande que puedes hacer con tus hijos es comprarles un rifle SSK y 500 cargadores de munición", predica en Wisconsin el reverendo Matthew Trewhella. El reverendo, que ejerce como capellán de milicias ultraderechistas, predica con el ejemplo. "Estoy enseñándole a mi hijo, que tiene 16 meses, cómo utilizar el dedo para apretar el gatillo".La pasión por las armas de fuego es uno de los principales componentes del actual ultraderechismo estadounidense, un movimiento que prospera en esa América de la Biblia y el fusil tan vieja como la historia del país. Pero ni la sucesión de ataques en centros escolares del pasado curso ni la ola actual de tiroteos empujan a la mayoría republicana del Congreso a adoptar las raquíticas medidas de control propuestas por Bill Clinton. El debate comenzó el pasado abril, cuando dos jóvenes miembros de la mafia de la gabardina asesinaron a un profesor y 12 condiscípulos en un instituto de Denver para celebrar el cumpleaños de Hitler. Y sigue sin el menor progreso concreto tras los recientes tiroteos de Atlanta, Alabama y Los Ángeles.
En EEUU, según informó ayer la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (AFT), un organismo policial semejante al FBI, hay entre 220 y 250 millones de armas de fuego en poder de particulares. De ellas, casi dos millones son armas de asalto militares, como la Uzi utilizada por Furrow en su atentado a la guardería judía de Los Ángeles, que, al parecer, obtuvo en un campamento de la Nación Aria. Además de literatura integrista y neonazi, la policía encontró en la furgoneta de Furrow un rifle, varias pistolas y un paquete de granadas de mano. No es nada difícil hacerse con semejante arsenal en EEUU. En las ferias ambulantes de venta de armas, los comerciantes no están obligados a comprobar los antecedentes penales del comprador. Tras la matanza en el instituto de Denver, el Senado aprobó la pasada primavera una modesta medida legal exigiendo a esas ferias la comprobación de antecedentes. Pero, muy presionada por la Asociación Nacional del Rifle, que preside el actor Charlton Heston, la Cámara de Representantes se fue de vacaciones de verano sin haber ratificado la medida.
Un nuevo elemento del caso Furrow difundido ayer confirma hasta la caricatura la fluidez del tráfico de armas en EEUU. Tras tirotear a empleados y niños en el vestíbulo del centro escolar judío de Los Ángeles, Furrow asesinó a sangre fría a Joseph Ileto, un cartero de origen filipino. Al entregarse el miércoles al FBI en Las Vegas, el neonazi explicó que vio a Ileto por la calle y pensó que sería "útil para la causa de los blancos" eliminar a un asiático instalado en EEUU. Pues bien, la pistola austriaca con la que mató al cartero, Glock 26 de nueve milímetros, había sido comprada en 1996 por el departamento de policía de Cosmopolis (Estado de Washington).
La policía de Cosmopolis descubrió luego que las pistolas Glock no les eran muy útiles y vendió todas las que tenía a un ex funcionario de la comisaría convertido en vendedor legal de armas. Ese vendedor se la colocó al propietario de una tienda de pinturas de Aberdeen, también en el Estado de Washington, quien a su vez se la traspasó a un amigo propietario de un comercio de alimentos. Éste la vendió a comienzos de 1998 a un comerciante de armas, en una feria ambulante celebrada en Spokane, en el mismo Estado. Furrow la compró en la feria.
Es una historia perfectamente normal en un país donde el 33% del total de los hogares tiene al menos un arma de fuego en casa y un 21% las guarda cargadas y al alcance de cualquiera de sus miembros, según un estudio reciente de los Archivos de Pediatría de la Asociación Médica Americana. Las armas de fuego, según ese estudio, están causando esta década en EEUU un total de 36.000 muertes anuales. Víctimas mortales de esos instrumentos son cada año 5.300 menores de 18 años. A esas cifras estremecedoras cabe añadir la de 100.000 heridos anuales por disparos de armas de fuego.
Janet Reno, la fiscal general del Estado, propuso el pasado jueves, a raíz del suceso de Los Ángeles, la creación de un sistema nacional de permisos de armas. La propuesta fue rechazada de inmediato por la derecha republicana del Congreso y la ultraderecha del EE UU.
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