Amnistía pide a Mohamed VI que libere a cientos de saharauis
Amnistía Internacional (AI) remitió ayer una carta abierta al nuevo rey de Marruecos, Mohamed VI, en la que le insta a liberar a varios centenares de "desaparecidos" que pueden estar aún con vida, en su gran mayoría saharauis. Junto con la misiva, AI publicó ayer un informe sobre los derechos humanos en Marruecos y en el Sáhara Occidental que en junio pasado había sido entregado a las autoridades de Rabat para que formularan sus observaciones.Tras recibir el informe, el Gobierno marroquí retiró la autorización que había concedido a AI para celebrar, por primera vez, su congreso mundial en un país árabe. La decisión fue tomada personalmente por el difunto rey Hassan II, al que, al parecer, disgustó el contenido del documento. Los delegados de AI se reunirán este mes en Portugal en lugar de en Marruecos.
En la carta al monarca, el secretario general de AI, Pierre Sané, reconoce que en Marruecos se han producido desde 1991 "mejoras significativas de los derechos humanos". Se alegra también de que en su primer discurso haya manifestado su "compromiso con la protección de los derechos humanos (...)".
Le pide, no obstante, al rey que además de liberar a los "desaparecidos" en manos de las fuerzas de seguridad, se investiguen con imparcialidad las acusaciones de muerte en detención y de torturas y malos tratos. "(...) rectificar los errores del pasado no significa impunidad para los responsables" que deben ser juzgados. Sané solicita, por último, al soberano que todos los presos de conciencia sean inmediatamente excarcelados y que se eliminen las disposiciones legales que permitieron enviarles a prisión.
Peor en el Sáhara AI señala que desde mediados de los sesenta hasta principios de está década más de 900 marroquíes y saharauis han "desaparecido" mientras estaban detenidos. La mitad han sido puestos en libertad en los últimos tiempos tras años de detención en lugares secretos. Más de cien han muerto durante su cautiverio -70 eran saharauis- y se desconoce la suerte de otros 350, en su mayoría saharauis. "La situación de los derechos humanos en el Sáhara Occidental es mucho peor que la que existe en el propio Marruecos", recalca el informe. Rabat siempre se ha negado a discutir con cualquier organización humanitaria de los saharauis encarcelados alegando que eran presos de guerra de los que sólo se podía ocupar la ONU o la Cruz Roja. En cuanto a los presos de conciencia en Marruecos, las organizaciones humanitarias calculan que, hasta la amnistía del viernes pasado, eran medio centenar. El ministro del Interior marroquí, Driss Basri, afirmó en una entrevista con EL PAÍS que eran menos de diez, todos ellos islamistas, y que habían sido condenados por delitos de sangre.
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