Una película de terror experimental triunfa en EEUU gracias a Internet

Sin un anuncio de televisión y con un presupuesto de 20.000 dólares (tres millones de pesetas), The Blair witch project ha roto todos los récords de taquilla. El filme ha creado la histeria en Internet, con más de dos millones de entradas diarias en las páginas dedicadas a esta película, que ha sembrado el desconcierto sobre la veracidad de unas imágenes terroríficas en las que apenas se ve nada y que narra una historia supuestamente real.

El 21 de octubre de 1994, tres estudiantes de cine se adentraron en el solitario bosque de Black Hills, en el Estado de Maryland, con la intención de rodar un documental sobre la leyenda local de la bruja de Blair. Nunca más se supo de su paradero, hasta un año más tarde, cuando fueron encontradas las imágenes que filmaron antes de su desaparición enterradas en una cabaña abandonada. Ése es el material que los directores Eduardo Sánchez y Daniel Myrick han utilizado para realizar un filme con tintes supuestamente documentales cuya trama, a pesar de las dudas generadas entre el público, es absolutamente ficticia. Un falso documental que surgió de la necesidad y de la falta de presupuesto para rodar otra cosa, mientras que la inspiración para crear una mitología propia les vino de sus reflexiones sobre aquello que realmente les había dado miedo. Sánchez y Myrick, estudiantes de cine de la Universidad de Florida, sin más publicidad que el boca a boca e Internet, han logrado desde su estreno una media de espectadores que supera la de cualquier otra película estrenada este verano, incluyendo pesos pesados como La amenaza fantasma. Este último fin de semana ha logrado 29,2 millones de dólares, sólo superada por el esperado reencuentro entre Julia Roberts y Richard Gere.El secreto ha estado en la red de Internet. Antes incluso de haber escrito el guión, Sánchez creó una página web (www.blairwitch.com) dedicada a la leyenda de la bruja de Blair, inicialmente concebida para conseguir dinero con el que financiar el filme y posteriormente considerada la mejor forma de publicidad. La página fue creando el mito, mientras Sánchez y Myrick comenzaron en junio del pasado año un rodaje donde la camaradería se convertiría en paranoia y el pánico dominaría sobre las técnicas de filmación. Con tan sólo una cámara de 16 milímetros y una de vídeo Hi8, los realizadores soltaron a sus actores una semana en el bosque de Maryland sin más que unas líneas generales sobre la historia, unos localizadores personales y las cámaras que les acababan de enseñar a utilizar. Junto a ello, unas coordenadas que debían seguir para encontrar más película y víveres y las instrucciones generales de que todo vale, incluidas bromas de dudoso gusto que logren asustar a los compañeros con tal de que la reacción quedara en cámara.