Agricultura impulsará los seguros contra la sequía como eje de su nueva política

El Ministerio de Agricultura ha manifestado su clara decisión de impulsar con carácter inmediato los seguros agrarios como uno de los ejes de su política futura para el sector agrario. Esta apuesta por el aseguramiento se concretará en la implantación a partir del próximo otoño del seguro contra la sequía para todos los cultivos herbáceos y no solamente para los cereales. Desde el próximo mes de enero se abriría un nuevo producto contra la sequía para el viñedo, y en el próximo mes de marzo un seguro contra la sequía para asegurar rendimientos mínimos en el olivar.

En el plazo de un año se pretende que haya también la posibilidad de un seguro contra la sequía para los pastos ligados a la ganadería extensiva. La Entidad Estatal de Seguros Agrarios se halla trabajando en este momento para la apertura de estas nuevas líneas que probablemente se implanten con carácter experimental, lo que supone que las compañías corren riesgos limitados de pérdidas en casos de siniestralidad grave. Los seguros agrarios han constituido en las dos últimas décadas uno de los puntos más importantes de la política agraria. Aunque nacieron con la actual ley a finales de los años setenta, con UCD, su primer gran impulso se produjo bajo la administración socialista, con Carlos Romero, una línea de apoyos que se ha mantenido en los últimos tres años con el PP. Actualmente, los seguros agrarios cuentan con unas subvenciones públicas de 23.000 millones de pesetas y el capital asegurado cada año supone aproximadamente una tercera parte de la producción final agraria. Los seguros agrarios disponen en este momento de 58 coberturas de riesgos y anualmente se suscriben unas 330.000 pólizas fundamentalmente en la agricultura y en menor medida en la ganadería. Las subvenciones medias para la contratación de una póliza supone aproximadamente el 50% del coste de la prima. Durante los últimos años, se ha producido un fuerte impulso en el desarrollo del seguro, tratando de lograr un equilibrio entre el coste de las primas, las subvenciones públicas, los intereses del sector agrario y también los de las empresas aseguradoras. En esta línea de ampliar la cobertura de riesgos a todo el sector agrario, destaca la implantación en los años ochenta del seguro integral para los cultivos herbáceos, así como los de frutas y hortalizas. En las últimas campañas se han impulsado también los seguros para ganadería y acuicultura.La Administración ha implantado, asimismo, los seguros de explotación y el de inundaciones. En un país como España, donde periódicamente hay graves problemas por la falta de lluvias, el seguro contra la sequía constituye una de las asignaturas pendientes del Gobierno que está demandando el sector. Los problemas de los últimos meses y la existencia de unas pérdidas en el campo por la falta de lluvias superiores a los 400.000 millones de pesetas, ha provocado que el Ministerio de Agricultura se haya comprometido en los próximos meses a tener en marcha un seguro contra la sequía para las produciones más afectadas. En esta línea, se pretende que desde el próximo otoño, los agricultores puedan cubrise de la sequía no solamente para los cereales de invierno, sino también para todas las producciones de herbáceos que tienen ayudas comunitarias como colza, soja, girasol o leguminosas. En el caso del viñedo también habría un seguro contra la sequía para la próxima campaña y el mismo se aplicaría tomando en cuenta los actuales rendimientos asignados en el caso del seguro de pedrisco para la uva. Para el olivar, se baraja la posibilidad de asegurar unos rendimientos mínimos en caso de sequía y para ello se hallan también los datos de referencia sobre rendimientos en el caso del actual seguro de pedrisco en la aceituna. Según Vicente Forteza, director de la Entidad Estatal de Seguros Agrarios, estos tres nuevos seguros no planterían problemas técnicos. En el seguro de sequía para los pastos, los estudios están menos desarrollados y por esa razón su entrada en vigor se aplazaría hasta el año 2001. El objetivo del seguro sería garantizar al ganadero la rentabilidad normal de su explotación. Con la implantación de los seguros contra la sequía, el sector tendría cubiertos los riesgos más importantes en la agricultura. El plan de seguros agrarios del último año ha contado con una subvención del Ministerio de Agricultura de 23.000 millones de pesetas. Para el próximo ejercicio, las previsiones oficiales apuntan a unos 25.000 millones de pesetas, cifras a las que se suman las ayudas de las comunidades autónoma. En 1986, la Unión Europea puso contra las cuerdas al seguro agrario español y dió unos plazos para reducir progresivamente las ayudas pùblicas. Ahora, casi 15 años más tarde, España habría ganado la batalla del seguro agrario. No solamente Bruselas no se opone a este tipo de ayudas al campo, que no afectan a la regulación de los mercados y garantizan rentas de la explotación, sino que existen muchas posibilidades de que el seguro a la española se desarrolle en otros países con apoyos comunitarios. Para el sector agrario es importante que exista la posibilidad de asegurarse de todos los riesgos climatológicos a un buen precio.