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El precio de la vivienda en Cataluña toca techo para pisos de tipo medio

Todos los sectores implicados contemplan con inquietud cómo se está disparando el precio de la vivienda en España y sobre todo en Cataluña. Barcelona se ha convertido en la ciudad más cara de España al alcanzar las 283.000 pesetas por metro cuadrado en la vivienda nueva en junio de 1999, lo que supone un 10% más que en el mismo periodo del año anterior, según los datos de la Sociedad de Tasación. Se trata de una inquietante espiral de precios que casi quintuplica la inflación.

La Sociedad de Tasación aseguraba en su último estudio que los precios seguirán subiendo en lo que queda de año. Sin embargo, los expertos consultados se muestran mucho más cautelosos. Así, Felip Massot, presidente de Vertix, asegura: "Los precios en las viviendas nuevas, las de tipo medio (30 millones), ya han tocado techo y no hay margen para que suban más porque se saldrán de la capacidad de poder adquisitivo de los clientes". De opinión parecida es Ramon Roger, director general de Actuación Concertada de Vivienda de la Generalitat, que cree que "los precios de los pisos ya no subirán mucho más". Roger afirma: "La escalada del precio de la vivienda perjudica sobre todo a las familias más desfavorecidas, y ocurre donde la residencia crece más: Cerdanyola, Sant Joan Despí y el área metropolitana". "La Generalitat prepara un paquete de medidas para aumentar el suelo edificable, de manera que se pueda volver al ritmo de creación de nueva vivienda de antes de 1996", anuncia Roger. Según las cifras de la Generalitat, entre 1990 y 1996 salieron al mercado unas 600 hectáreas anuales, lo que permitió dar salida a unas 12.000 viviendas nuevas. Pero entre 1997 y 1998 este ritmo descendió a unas 300 hectáreas, lo que impulsó un alza de precios. Pero ésta no es, ni mucho menos, la única causa de la subida de los precios de la vivienda. Como señala el profesor de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma Albert Recio, se ha producido una confluencia de factores entre los que destacan "la bajada de tipos de interés, la falta de vivienda de alquiler, la necesidad de blanquear pesetas por el cambio del euro y, además, la especulación de algunos promotores". Massot reconoce que el sector "está viviendo una burbuja especulativa", pero añade que el fenómeno afecta también a compradores de clase media que esperan rentabilizar su inversión en un momento de bajos tipos de interés. Pero, como advierte Recio, "con la subida de la vivienda se produce un efecto de ilusión monetaria. El comprador de un piso, aunque su precio se doble en cinco años, no duplica su patrimonio, ya que éste no puede cambiar su residencia por dos".

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